Allyson:
*En la alcaldía*
Ok, Allyson. Tú puedes: sólo entra en ese salón y habla con Omar, ¡claro!, habla con él y luego le dices si quiere ir por un helado con tus amigos.
*Entra en aquel salón*
—Hola, Omar —dije sonriente.
—¡Allyson! ¿Cómo estás? ¿A quién quieres denunciar? —preguntó.
—¡Ay, Dios, a nadie! Sólo pasaba por aquí y quise saludarte —me senté.
—Oh, bueno. ¿Qué tal van las cosas con tu amiga? —preguntó.
—De maravilla: ella tiene novio, Shawn, es un gran muchacho, me alegra que sea feliz.
—Me alegra, ¿y tú? ¿No tienes pareja? —preguntó.
—No, no, ¿dónde conseguiría? Aparte, recién terminé con Christopher y debo terminar de sacarlo de mi cabeza antes de ir con otra persona.
—¡Oh, tienes razón! Y... ¿Tienes planes para, no lo sé... Hoy?
¡Señor Jesús! Has oído mis plegarias!
—Sí, ahorita tengo que ir por mi hermanita al hospital, y luego tengo que ir a la heladería con mis amigos...
—Oh, entiendo... —estaba algo decepcionado.
—Y pues... Quería preguntarte si... Ehm... ¿Quieres venir?
—Por supuesto, me encantaría. ¿Ahorita mismo?
—A las 6, falta una hora. Primero iré a ver a mi hermana.
—Bueno, te llevo, Cooper.
Salimos de la alcaldía y nos subimos al auto de Omar, pero era uno de esos autos que anhelas, Dios mío, me encanta ese auto. Estábamos camino al hospital en el que estaba Elizabeth.
—¿Cómo se llama tu hermana, Allyson?
—Elizabeth, pero me gusta decirle 'Liz'.
—Ah, lindo... Allyson y Elizabeth Cooper... ¿Cuántos años tiene? —preguntó.
—Tiene 17 años, pero para como se siente ahora es como si tuviese 9.
—Ah, entiendo, entiendo. Y... ¿Por qué está en el hospital?
—Sobredosis de drogas. Se volvió adicta cuando nuestros padres se divorciaron —noté que se sorprendió.
—¡Vaya!... No sé qué decirte...
—Tranquilo, dijo que ya no va a consumir más porque se dió cuenta que estaría muerta en vida.
—¿Derecha o izquierda?
—¿Disculpa? —pregunté confundida.
—¿Dónde doblo? ¿Derecha o izquierda?
—Ah... A la derecha —y él giró a la derecha.
—Así que... Muerta en vida, ¿no?
—Sí. ¿Y eso que te dejaron salir así como así? ¿Sin pedirle permiso al jefe? —pregunté.
—Ah, no, sí le pedí permiso, hace días. Es que no había tenido la valentía de invitarte a salir. Además, el jefe es mi padre —respondió.
—¡Ohh, ya entendí, tu jefe es tu padre! ¿Y por qué le pides permiso para retirarte? Eres como... La ley en la alcaldía.
—Porque nadie sabe que mi jefe es mi padre. Mantenemos cierta distancia en el trabajo, para que ninguno de los demás se sienta menospreciado o me tomen por malcriado.
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Víctimas ✅ [TERMINADA]
Teen FictionEn una universidad muy poco conocida hay muchos estudiantes de medicina que son víctimas de su propia vida, su propia culpa, sus padres, amigos y su entorno... Amenazados por sus expectativas, familia e incluso desconocidos. Ésa universidad es...