7. El Trío de Konoha

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Habían pasado seis años desde que Naruto encontró la aldea completamente destrozada. Seis largos años, donde el genin rubio obtuvo cierto reconocimiento por sus misiones a lo largo del Continente Elemental, llegando a toma el puesto de chūnin al mismo tiempo que su amigo y rival Itachi, donde ellos se separaron siguiendo dos caminos completamente opuestos. Vio al heredero Uchiha entrar en ANBU y él fue ascendido a jōnin un tiempo después, exactamente dos meses después del ascenso a chūnin, siendo de los pocos adolescentes con un alto rango siendo tan joven, siendo uno de ellos Itachi al ser ANBU a los diez años y ahora era capitán de un escuadrón y el otro siendo otro Uchiha que había sido su amigo cuando lo conoció: Uchiha Shisui, otro jōnin y ANBU de Konoha que solamente los superaba por unos tres años.

Naruto había encontrado en el alegre y risueño Uchiha otro hermano con el que compartir el tiempo. Cuando despertó en la camilla del hospital, encontró a Itachi sobre él, mirándole con calma y un brillo de tranquilidad. Al parecer, pensaban que habían muerto.

Durante su ausencia por una semana, justamente cuando ellos llegaron, alguien había usado al peligroso Kyūbi no Yōko contra la aldea, destrozando todo a su paso y matando gente, lo que llevó a los shinobi a luchar más ferozmente por su pueblo y liderados por el Sandaime y el Yondaime, siendo este último quien destruyó al zorro usando sus habilidades y quedando gravemente herido. Por suerte y alegría para el niño en aquel entonces, tanto Minato como Kushina habían logrado salir vivos, pero desgastados, de aquel enfrentamiento, lo que obligó al propio Sandaime a tomar el cargo por un tiempo mientras Yondaime se recuperaba.

Fue alegría para Naruto, descubrir también que sus padrinos tenían unos gemelos: Menma y Mito, siendo el primero una copia de su padre con unos extraños bigotes y la segunda una copia de Kushina incluso en el rostro, dando así una copia exacta de la Uzumaki.

Naruto estaba feliz por esto. Cuidaría de esos niños como si fueran sus hermanos y los entrenaría, así como Itachi tenía un hermano menor ahora.

Pero todo no fue felicidad.

Tanto Menma como Mito, tuvieron cada uno una porción del poder del Kyūbi, llegando Menma el Ying del inmenso zorro de nueve colas y Mito el Yang del mismo, compartiendo los dos infantes la carga de ser los Jinchūriki del Kyūbi. Esto trajo la mirada del Consejo de Konoha sobre los dos niños y una presión que dos infantes no podrían tomar.

Naruto había visto este peso en algunos Jinchūriki que había conocido, como Rōshi de Iwa o Yugito de Kumo, ambos habilidosos luchadores que compartían la carga de los dos niños de Konoha, por lo que podría ver el ligero rencor de la rama civil de la aldea. Contrariamente a lo que uno esperaría, la mayor parte de la gente aceptó el hecho de que los hijos de su Kage, habiendo una minoría que no aceptaba esto, y con bastantes que observaban a los niños con cierto temor, esperando no enfadarlos y que soltaran a la bestia que destruyó el pueblo.

El temor llevó a algo que Naruto no vio con buenos ojos: el consentimiento. Los civiles tomaron para alabar a ambos niños, dándoles aquello que quisieran y formando en sus mentes que obtendrían todo como si fueran una especie de dios, lo que llevó a un duro crecimiento del lado de ambos niños.

Menma aumentó su ego, creando una capa de arrogancia ligera que con el paso de los años, Naruto preveía que podría llevarla a la muerte. Que fuera entrenado desde niño en las artes shinobi, no disminuía el ego del niño, sino que lo inflaba como un globo que podría reventar el día que descubriera que no era exactamente eso, un dios.

Por su lado, para relajación del propio Naruto, Menma siempre tuvo a Kushina sobre él, a veces a Minato también, intentando mantener a su hijo centrado y que no fuera por el camino fácil, que no todos le darían lo que quisiera. Esto apaciguaba el ego del infante, pero solamente un poco y Naruto era capaz de ver que Menma no crecería siendo alguien honorable, al menos a ojos del rubio. Sabía que shinobi no debían ser honorables, pero había que mostrar cierto respeto por sus adversarios.

A.N.B.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora