A.N.B.U

10. A.N.B.U

En una aldea ninja, su potencia militar es lo que definirá la vivencia de su país, de la gente que lo habita y del miedo que los enemigos puedan tener sobre el país y sus gentes. Los shinobi no son simplemente soldados, mercenarios que cobran un dinero para obtener un trabajo. Son la defensa el país. La protección de la familia de los Daimyō y los regentes del país, de cada noble. Son la representación de la fuerza del país. Cualquier baja es importante. Si una aldea ve que sus tropas son bajas, que cuenta con menos poder militar que su contraria, el país es blanco de constantes presiones por los demás países, por los acérrimos enemigos que podrían tener y las traiciones que se podrían llevar a cabo bajo cuerda, en las sombras. Hay que tener todo bien estudiado a la hora de evitar el derramamiento de sangre y la pérdida de hombres innecesariamente. Eso es algo que los líderes de cada aldea tienen que tener en mente con los movimientos a hacer. Si deseaba desplegar sus shinobi, debía hacerlo a consciencia, sabiendo las variables y la probable, casi segura, pérdida de hombres en un enfrentamiento, en una simple misión.

Los shinobi en el Continente Elemental, lo eran todo. La defensa antes los enemigos. Aquellos que prometían seguridad a los niños. Que protegían a los civiles de su aldea. Aquellos que daban prestigio a una aldea. Los shinobi y las kunoichi lo eran todo.

Konoha había sido un gran ejemplo de ello (y lo era), cuando dos de los más grandes shinobi durante la Guerra de Clanes la fundaron: Uchiha Madara y Senju Hashirama, dos shinobi de bandos contrarios, con un pensamiento casi igual, llevado por dos caminos completamente opuestos y que los llevó a enfrentarse mutuamente.

Despues de los fundadores, llegaron más ninjas notables: Senju Tobirama, Saruboti Hiruzen, Senju Tsunade, Jiraiya, Orochimaru...una gran lista de shinobi que iban aumentando con los años. Algunas aldeas se mostraban por la calidad de sus ninjas y no por su número, y Konoha era una aldea con buena calidad de shinobi. El actual Hokage de la aldea, era una representación de lo importante de la calidad de un shinobi y que no todo era el número.

Y ahora, Konoha necesitaba de la calidad de sus ninjas. Habían estado a las puertas de una guerra civil con los Uchiha y obtuvieron a todo un clan destrozado, borrado del mapa, dejando únicamente un superviviente y actual líder del clan: Uchiha Sasuke. El pequeño niño estaba custodiado por ANBU las veinticuatro horas del día y sería puesto en protección por lo ocurrido. Su hermano podría volver a terminar el trabajo y erradicar completamente a su clan.

Estaban en la cuerda floja. Pronto, el resto de naciones sabrían de lo ocurrido y la guerra podría desatarse, volviéndose en su contra al contar con un tercio menos de sus shinobi y sin tener la Policía Militar, algo que proveía de protección a la aldea en tiempos de guerra.

Ya ahora no tenían protección.

En su despacho, en la última planta de la Torre del Hokage, Namikaze Minato se mantenía sentado en su asiento, llevando su haori blanco con llamas ardientes como representación de ser el Yondaime Hokage. Observaba los pergaminos sobre su mesa, todas las peticiones del Consejo, el dinero a invertir en la reconstrucción del Distrito Uchiha y el número de fallecidos, con solamente dos supervivientes: Uchiha Sasuke y el hijo de su maestro. No podía creer que Naruto hubiera llegado a pelear con Itachi. No podía creer que Itachi, tras todo lo que ambos habían pasado juntos, llegara a dejar en estado crítico a su mejor amigo, su hermano de combate, con quien había llegado a un estatus que pocos shinobi lograban a la edad de casi catorce años.

Minato suspiró, tomando el rostro con su mano. Si Shisui no hubiera desaparecido, nada estaría como ahora. Usando el Kotoamatsukami habrían tomado el control de los cabecillas Uchiha y el derramamiento de sangre no habría sucedido y Tsunade no estaría ahora detrás de su cabeza por lo ocurrido son su hijo, el heredero de los Senju a quien tenían oculto de las investigaciones del Consejo. No constaba como un Senju en los registros y él, junto a Kushina, borraron todo rastro de su nacimiento. Era un secreto que estaba a la vista de todos, pero que nadie sabía reconocer. Tenían a un heredero de los mayores clanes de Konoha caminando entre ellos y no era visto por nadie. Todo lo logrado, había sido obtenido por su esfuerzo, sin estar bajo la sombra de sus padres.