A.N.B.U

17. El prisionero

Sentía su cuerpo adormecido. ¿Cuánto había pasado sentado en aquella silla? La respiración la sentía pesada. Sus piernas estaban dormidas. Sus brazos no le respondían. No tenía acceso a sus reservas de chakra. Incluso sus ojos estaban cubiertos por un sello. Necesitaba salir de aquel lugar cuanto antes y volver junto a los rebeldes lo antes posible. ¿Cómo había caído en esa trampa? Él era Ao, uno de los que había participado en la Gran Tercera Ninja, un shinobi leal a Kirigakure y, por ello mismo, había decidido dar su apoyo a los rebeldes. Yagura estaba siendo controlado y él no podía permitir que su Kage sufriera. Sabía que Yagura, si salía del control mental al que era impuesto, se suicidaría tras todas las miles de muertes que había causado, las destrucciones de familias que había hecho con su afán por la pureza de la sangre, tratando a aquellos con habilidades especiales, como escoria, como animales, él, un Jinchūriki.

Ao había conocido a Yagura cuando lucharon para mantener la paz en Kirigakure, con el anterior tirano del Sandaime Mizukage. Lo vio luchar por el pueblo de Kiri. Peleó contra el mismo Kage para volver a la paz que había reinado antes de su ascenso. Y ahora había destruido todo aquello que les había costado implantar, cayendo en el control de algún extraño con un poderoso dōjutsu. Era el único método para controlar a alguien como Yagura. Probablemente habría sido alguien con el Sharingan en su máxima etapa, desvelando algún poderoso genjutsu del ojo Uchiha y que tomó por completo tanto a Yagura como al Sanbi.

Oh, Yagura. Todo por lo que has trabajado, y ahora alguien lo hecha a la basura, sin entendernos. Volvemos a la lucha, a la sangre. ¿Acaso Kiri no podrá tener paz, como Konoha o Kumo? ¿Siempre debemos dejarnos llevar por el deseo de lucha?

No recordaba cuando había dejado de luchar contra aquellas ataduras. Recordaba haber sido mandado, junto a un escuadrón, a recibir la ayuda de Konoha, un pequeño pelotón de ANBU. Y todo se fue a la mierda tan rápido como llegaron al lugar. Un ejército entero de Kiri los esperó. Y tuvieron que luchar por sobrevivir.

En Kiri, debías matar para vivir.

Ao vio como sus compañeros eran apresados y él, era detenido por uno de los Shinobigatana leales al Mizukage, quien estaba volviendo a implantar a los Siete Espadachines de la Niebla, queriendo mostrar su poder a las demás aldeas, que ellos eran también una de las poderosas naciones que habían sobrevivido a la guerra, a pesar de sus bajas, de no mostrar shinobi de la talla de Konoha, quien había sacado a su Kiiroi Senkō, sus Sannin, Uchiha Madara, Senju Tobirama, Senju Hashirama. Konohagakure mostró como eran los talentosos shinobi, y ninguno de esos nació de Kiri. No podían mostrar demasiado, más allá de sus Kiri no Shinobigatana Shichinin Shū, los mejores espadachines del Continente Elemental. Tal vez el clan Hōzuki con Mangetsu al frente, serían una digna representación de Kirigakure al mundo.

A temprana edad, Mangetsu había mostrado un fuerte control por el Suiton, así como la habilidad de convertir el cuerpo en agua, como su hermano menor. Contaba con una extrema habilidad en kenjutsu y logró ser el actual líder de los Kiri no Shinobigatana Shichinin Shū, llegando a controlar cada espada de los siete, pudiendo empuñarlas todas.

Ao había visto en acción a Mangetsu varias veces. Sus enemigos siempre caían a sus pies, inertes o muy mal heridos, mostrando un agujero que siempre era causado por un jutsu Suiton: Mizudeppō no Jutsu (Elemento Agua: Jutsu Pistola de Agua o bien Jutsu: Pistola de Agua, esta segunda es la que venía en la wiki, sin el Suiton delante), llevando a sus enemigos a una dolorosa muerte al haber perforado algún órgano interno de su adversario.

Y tal shinobi, estaba del lado de Karatachi Yagura, actual líder de aquel Reinado del Terror implantado por un hombre que no estaba en su propio juicio mental. Estaba siendo controlado, probablemente por un Uchiha, y estaba siendo llevado a eliminar a sus compañeros y amigos, a su gente de Kiri y a todas las líneas de sangre dentro del País del Agua. Incluso se decía que quería eliminar al daimyō del agua para tomar el control del país entero, él y sus leales.