Kirigakure no Sato, la aldea conocida como la Niebla Sangrienta, aquella aldea que se había bañado en la sangre de sus enemigos y compatriotas por al menos medio centenar de años, dejando incontables muertos a lo largo de la historia y marcando un punto en la historia de las Naciones Elementales que ninguna otra aldea había tomado.
Después de cerca de diez años de intensa lucha, de sacrificios por el lado de ambos bandos, la guerra civil había llegado finalmente a su fin, haciendo caer el segundo Reinado del Terror completamente tras la muerte de Karatachi Yagura, el hombre que había liderado aquel tiempo oscuro con mano de hierro, sin miramientos, dispuesto a eliminar a los opositores de su mandato completamente, manchando sin pestañear sus manos con la sangre de personas inocentes.
Las celebraciones no se hicieron esperar. Kiri fue tomada por el bando leal a Terumī Mei, encontrando nula oposición cuando ellos legaron a la aldea, viendo a como los shinobi dejaron a un lado las armas, entregándose cuando su líder finalmente fue derrotado. Poco a poco, Mei vio caer a los generales de Yagura. No quedaba nadie en pie que suscitara a un enfrentamiento entre ambos bandos y la gente pronto comenzó a recuperarse de aquella pesadilla que habían vivido hasta hacía unas pocas horas. Durante diez largos años, aquello había sido un enorme baño de sangre que pocos pudieron evitar.
Kirigakure había entrado en un periodo de paz y eso había que celebrarlo. A la semana del final de aquella pesadilla que quedaría como otra parte de su historia, los aldeanos y shinobis de todo el País del Agua iniciaron la fiesta que sería el inicio de un nuevo tiempo en un país que durante demasiados años había sido bañado por la sangre, dejando así el tiempo oscuro que muchos odiaban y aborrecían. Cuando la gente hablaba de Kirigakure, solo podía pensar en la sangre, en la crueldad que sus shinobi impartían y como estaban dispuestos a la guerra si era necesario.
El inicio de una nueva Kiri estaba siendo forjado lentamente, paso a paso por todos los que lucharon por ello. En unos años, cuando el País del Agua se recuperará de aquella terrible historia, podrían borrar el sobrenombre de Niebla Sangrienta por completo. Serían nuevamente una aldea ninja que protegería a sus compatriotas. No dejarían a nadie fuera y estarían dispuestos a luchar por la paz que personas como el Sandaime Mizukage y Karatachi Yagura habían pisoteado.
Si solo supieran...
Sabiendo la verdad detrás de Yagura, Naruto se mantuvo al margen por aquella semana tras el final de la guerra, en el ala del hospital, recuperándose de las heridas. Había odiado el final que el mismo Yagura había aceptado, cuando el Mizukage no había sido realmente el causante de todo aquello. Él lo sabía y Yagura lo sabía. Pero el peso de las acciones había podido completamente con el hombre, hundiéndolo en la miseria por completo.
No es algo que me guste celebrar.
Miró con su ojo zafiro aquel vaso que contenía algo de sake. Su madre era una aficionada al sake y las apuestas. Pero solo eran un telón para ocultar la depresión causada por la muerte de su hermano y su prometido.
Prefiero el sake del País del Hierro.
Sin miramientos, Naruto vertió el líquido al suelo, viendo como escurría como una cascada, gota a gota. No le importaba desperdiciar un poco de aquella bebida. Mientras no terminara en su boca, el sake del País de las Aves podría irse por el desagüe. Fuerte. Agrio. Estaba realmente asqueroso, siendo considerado el mejor sake de las Naciones Elementales.
¿Mi madre estaría de acuerdo?
Bajó los hombros un poco moviendo el azulado ojo sobre todas las personas de Kiri, sonriendo ligeramente. Felices. Radiantes. No podía ver el peso sobre aquellas personas. El rostro duro, cansado y malhumorado se había esfumado y ahora se mostraban felices por haber recuperado su hogar por fin.

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A.N.B.U
FanfictionEl escuadrón táctico especial de las aldeas ninja, quienes deben mostrar sus habilidades en misiones capaces de destrozar mentalmente a un persona normal. Misiones, que enloquecerían a un humano. Psicológica y mentalmente, los ninjas de ANBU deben e...