33. Mei y Yagura

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Cuando la guerra llega a su punto más álgido, a la misma cúspide, incluso los generales deben abandonar su posición y salir al campo de batalla, a luchar junto a sus soldados, sin importar si ibas ganando...o perdiendo. Eso era algo que Terumī Mei sabía a la perfección y habiendo conocido a su enemigo, sabía que, si él salía al campo de batalla, sus enemigos podrían darle la vuelta a la situación y no era lo que a ellos les convenía de momento. Podían lidiar son los Shinobigatana alineados al lado del Mizukage, con sus enormes cantidades de shinobi y mercenarios a su servicio. Pero no podían tomar a un Jinchūriki perfecto sin consecuencias, aunque ella tuviera dos Kekkei Genkai con los que hacer frente a sus enemigos, incluyendo al mismo Yagura. Ella misma estaba dispuesta a matar a aquel Kage que luchó a su lado para destruir el reino del terror del anterior Mizukage.

¿Por qué, Yagura?

Mei removió las piezas sobre el mapa que tenía frente a ella, sobre una mesa algo vieja y muy usada. Aquel mapa tenía una representación total del País del Agua, incluyendo las pequeñas islas pertenecientes al país que rodeaban la principal, donde Kirigakure no Sato estaba situada. Por todo aquel inmenso mapa, había diferentes piezas repartidas, representando a sus fuerzas y las de Yagura, así como sus piezas más importantes y las que ella sabía que lo eran para el Yondaime Mizukage.

Ao y Chōjūrō han terminado con Akebino Jinin, uno de los Shinobigatana leales a Yagura. Es sorprendente que Chōjūrō haya terminado con él.

Mei desplazó las piezas de Ao y Chōjūrō hacia delante, quitando la de Jinin de la mesa, tirándola a la basura. Movió sus ojos verdes hacia otro lado, a otra batalla entre generales.

Pakura terminó con Kuriarare Kushimaru y desapareció de la zona, según los informes moviéndose hacia donde Naruto estaba peleando contra Hoshigaki Kisame.

Apretó levemente los dientes, quitando la pieza de Kushimaru y pensando en Kisame, el Shinobigatana más peligros, aquel que los había traicionado a ellos solamente por el deseo inconmensurable de sangre que parecía tener. Ella se lamentaba por haberlo dejado vivir cuando debió matarlo, por no haber confiado en el instinto de Ao. Y ahora estaban pagando las consecuencias, en plena guerra por la libertad de su país.

Espero que Naruto pueda tomar a Kisame...

Hoshigaki Kisame. De los Shinobigatana conocidos, Kisame había sido el más cruel, el más efectivo a la hora de cumplir las misiones asignadas para él. No temía a la muerte, no tenía ninguna misericordia con sus enemigos. Kisame había mostrado ser capaz de eliminar a su maestro, alguien preciado para él, solamente por haberlo engañado. No se tentaba la mano a la hora de usar Samehada para eliminar a los enemigos.

Mei no ocultaría que incluso Kisame le daba más miedo que el mismo Yagura. Nunca, en los años que había sido una shinobi de Kiri, había podido encontrar a alguien igual de sanguinario que Hoshigaki Kisame. Incluso la carnicería causada en la academia por el mismo Momochi Zabuza aun sin ser un estudiante, quedaba empequeñecida con los gestos del mismos Kisame a la hora de completar su misión.

Si Naruto y Kisame pelean...

Mei había ganado confianza a la hora de contar con Naruto, el joven ANBU que Konoha les había mandado como apoyo, junto a un escuadrón ANBU. Sus demás compañeros solo fueron eliminados sin poder ayudarles, pero Naruto se había dejado la piel luchando. Destruyó Zetsubō sin haber contactado con ellos aún. Peleó incontables veces con los shinobi y mercenarios del lado del Mizukage. Se manchó las manos de sangre sin que ellos realmente se lo pidieran. Enfrentó a Kisame en más de una ocasión, recibiendo la cruel cicatriz que ahora llevaba en el abdomen.

A.N.B.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora