2. Prodigios

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Uzumaki Kushina en un tiempo estuvo reacia a aceptar el cargo de maestra de una clase de niños, más cuando la tercera guerra estaba legando a su punto álgido, con Kumo usando su as bajo la manga: A, el hijo del Sandaime Raikage, quien estaba igualando la velocidad de Namikaze Minato, el as de Konoha y anulándose mutuamente a lo largo de las contiendas, todo gracias a Killer Bee, el hermano de A.

Kushina había lidiado con Kumo antes, cuando la quisieron secuestrar y fue salvada por Minato, generando tanto en ella como él, un cierto resentimiento en contra de Kumo y sus aliados.

Durante la guerra, como una jōnin de Konoha hábil en kenjutsu, ella fue puesta en un grupo para enfrentar a los Siete Espadachines de la Niebla y poder lidiar con ellos. Ni siquiera tuvo que luchar. Un genin de la hoja hábil en taijutsu, destrozó a los Shinobigatana con pura fuerza y usando una técnica prohibida que le costó la vida, salvando a Kakashi, Gai y otros niños con un futuro por delante. Quedaron algunos vivos, pero escaparon al verse superados y debilitados.

Por lo que Kushina sabía, Kirigakure estaba próxima a perder la guerra. Pronto caerían en un envite que los dejaría fuera de juego y ellos tomarían a Kumo completamente con las manos. Si no recordaba mal, los Sannin estaban lidiando con Kiri por el momento y sus dos contenedores de Bijū siendo el tres y el seis colas. Este movimiento ideado por el Sandaime, les daba tiempo a reorganizarse para una ofensiva total; ofensiva en la que incluso ella tendría una participación. Pero por el momento, fue relegada a dar clases.

Ahora, tomando dos meses, había encontrado verdaderas joyas en los jóvenes, sobre todo en el heredero Uchiha y en Naruto, quien no parecía querer quedar detrás de Itachi, al cual no le preocupaba una competencia, sino más bien demostrar un camino distinto al modo de ser shinobi, algo que ella encontraba sumamente gratificante.

Mientras que los demás niños querían aprender jutsus y ser fuertes, desaprovechando las clases de bukijutsu que les estaba mostrando y que solamente tomaría lo que restaba de mes, dado al desinterés de la mayoría de la clase, quienes creían solo vivir con ninjutsu.

Pero había dos que destacaban. Itachi y Naruto tomaron en serio todas sus clases, ya fueran solo de shurikenjutsu, ellos habían mostrado interés y ganas por aprenderlo. Encontró que los dos niños eran habilidosos, mostrando un portento muy superior al de los estudiantes de academia normales, algo demasiado irregular y que solo vio en Kakashi, el único alumno vivo de Minato.

Kushina vio como en solamente dos meses, tanto el hijo adoptivo del Sandaime, como el heredero del clan Uchiha, dejaban a sus compañeros por los suelos en el uso de armamento ninja, demostrando una habilidad que ella encontró hermosa.

Tap Tap

La Uzumaki movió la cabeza, sonriendo al desempeño de ambos estudiantes, encontrando que los kunai lanzados por ambos, habían dado en las dianas.

Itachi estaba sobre una rodilla, jadeando y sudando. Por muy bueno que fuera a la hora de usar los kunai y shuriken, su cuerpo era el de un niño de casi seis años. Pero debía esforzarse, más cuando su hermanito estaba por llegar en unos meses.

Naruto por su lado, no demostraba estar agitado; pero si tenía sudor escurriendo por su rostro y empapando la camiseta que llevaba, con la hoja de Konoha de color verde sobre marrón. El niño respiraba pesadamente, manteniendo el corazón lo más calmado posible.

—¡Itachi! ¡Mira esto!—rugió Naruto.

Chi-cling

El rubio tiró del brazo, mostrando el alambre ninja que había atado a los extremos de los kunai, todo bajo la mirada del resto de compañeros y Kushina, quien esperó algún movimiento.

A.N.B.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora