86 - Estatua Roja

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—En serio... No sabemos cómo agradecerle todo este apoyo que tienen... Esto para nosotros ya es muy grande, es algo que con palabras no puedo explicar y creo que la mejor forma de regresarle todo este amor es precisamente tocandoles nuestra música... Así que no lo olviden, mañana también estaremos aquí, a la misma hora. Nuestro último concierto, queremos verlos a todos, nos vemos mañana y gracias. —Fueron las palabras que utilizo el León para despedir a la gente de su penúltimo concierto.

Los chicos se vieron entre ellos, algunos comenzaron a despedir a los asistentes desde sus lugares, otros como el conejo baterista y el guitarrista que no era Luis tomaron un poco de agua para hidratarse.

La gente comenzó a salir de manera ordenada.

—Bueno... No estuvo tan mal... ¿Tu que dices Jaime?. —Dylan volteó para ver al zorro.

Solo que no lo encontró.

—Ja... —¡Jaime!.

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El zorro corria con todas sus fuerzas hacia la parte trasera del coliseo.

Aquel lugar ignorado y del cual pocos tenían conocimiento.

Sitio donde el zorro recibió un colgante de imán que hasta la fecha mantenía.

Vio la puerta, trato de abrirla y afortunadamente lo consiguió.

No se detuvo a pensar en como o si siempre estaba abierta. Simplemente corrió hasta toparse con los miembros de la banda que estaban a punto de entrar a los camerinos del lugar.

—¡Dónde está Luis!. —Grito con la poca fuerza que le quedaba después de haber corrido.

Los chicos se quedaron atónitos al ver al zorro.

—¿Es el otro?. —Pregunto a los demás el bajista.

Todos lo miraron con una expresión de enfado.

Jaime trataba de recuperar el aliento y el primero en contestar fue Esteban, el vocalista. —Tu... Tu no deberías estar aquí.

El zorro rio cansado. —¿Dónde está Luis?. —Repitió

—De vacaciones. —Respondió Julián el baterista.

Rodolfo le hizo una seña de silencio y después miro a Jaime. —No lo sabemos... El es así, a veces asiste, a veces no.

El zorro frunció el ceño por su confesión. —¿Al menos pueden decirme dónde vive?.

Rodolfo se dispuso a contestar. —Me temo que...

—¡En la avenida de fuego!. —Interrumpió el conejo baterista. —Al lado de la estatua roja, creo en el departamento con el número 2 o 3...

—¡No le creas!. —Detuvo el zuricato a su amigo. —Esta loco... Nosotros...

—Gracias. —Jaime los miro y después se dió la vuelta para salir del lugar.


Somos Amigos. (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora