El reencuentro (diez)

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TED

Me encuentro muy nervioso, estoy a 300 Km de mi casa en un bar de carretera donde he quedado con Rebecca, me he negado a ir a su casa y a verla en el pueblo, lo último que me faltaba es que alguien le vaya con el cuento a mi mujer. Llevo 20 minutos de espera mientras observo a través de la cristalera los coches pasar y pensando que le diré o que me dirá ella,  por fin veo su coche acercándose al parquin de graba, froto mis sudorosas manos en la pernera del pantalón esperando que tome asiento frente a mi

_Hola...

_Hola Ted

_No sé por dónde empezar...

_Yo sí, lo siento, lo siento muchísimo, jamás quise que Anna se enterara y mucho menos de esa forma... Yo.. ¿Cómo está?

_Mal, estamos yendo a un psicólogo

_ ¿por qué?

_ ¿Cómo que por qué? ¡Es mi mujer ¡ necesito que me perdone...

_Lo entiendo pero... ¿y yo?

Levanto la mirada por primera vez desde que estamos en la cafetería, su ojos están tristes y aunque se ha maquillado puedo ver sus ojeras y que ha perdido varios kilos, su aspecto me hace sentirme muy culpable, porque sé que no solo es a Anna a la que he hecho daño, Rebecca también está sufriendo. Cojo una bocanada de aire para sincerarme con ella.

_ Rebecca, entre tú y yo no hay nada_ ella intenta hablar pero levanto la mano para silenciarle _No, escúchame, lo nuestro jamás debió empezar siempre fui claro contigo yo amo a mi mujer.

_ Ted yo te amo_ ahora soy yo el que intenta decir algo y ella la que me silencia_ Sé que quieres a tú esposa jamás lo he dudado pero, no lo digo por haceros daño, si lo que sientes por ella es amor porque hemos estado casi cuatro meses acostándonos juntos, sí, ya sé que vas a decir que fue solo sexo pero si nada mas era eso ¿porqué seguías buscándome? ¿Por qué no te acostabas con ella?

_ Rebeca no quiero hacerte daño, o no más daño del que ya te he hecho, sé que estoy enamorado de Anna porque desde que ella lo sabe me he hundido en la mayor desesperación por el daño que le he causado, porque solo pensar que nuestro matrimonio puede terminar me hiere el corazón, porque necesito sus caricias y sus sonrisas y ya no las tengo y si te busque en algún momento fue el error más grande que cometí en mi vida

Rebecca me mira con los ojos llenos de lágrimas sin derramar

_ Y que pasa si lo que tu sientes por Anna es lo que yo siento por ti.

_ Rebecca lo nuestro no funcionaba y lo sabes, no había sentimientos era lujuria y de la peor clase, cada vez que pienso por lo que te he hecho pasar siento vergüenza de mi comportamiento, no debí permitir que las cosas se me fueran de las manos tan estrepitosamente solo sabía hacerte daño...

_ Eso no es verdad..._ me interrumpe e intenta cogerme las manos pero no la dejo_ no es cierto lo que dices yo solo intentaba cubrir tus necesidades porque te amo, y cuando las cosas se hacen con amor no se daña, puedes engañarte a ti mismo todo lo que quieras pero si Anna no se hubiera enterado seguiríamos juntos porque yo complemento una parte de ti que siempre has mantenido oculta sobre todo a ti mismo, piensas que porque me dejes no vas a necesitar lo que yo te daba, no te engañes, ahora crees que todo ha sido un erro pero cuando consigas tu ansiada reconciliación de verdad piensas que ella será capaz de darte lo que necesitas... sabes que no. El resto del mundo puede pensar que eres un hombre decente, bueno que te riges por las normas que establece la sociedad pero tú y yo sabemos que eso no es cierto porque tú _ me señala con rabia mientras caen las lágrimas que ya no puede contener_ tienes deseos y necesidades mucho más oscuras que la mayoría de los hombres y ahora que lo has descubierto no podrás vivir sin ellas _ Rebecca se levanta enfadad y deja un billete de 20 dólares en la mesa _ y cuando te des cuenta yo estaré esperándote.

La veo marchar y me hundo en mi asiento, no esperaba que reaccionaria así, no puedo entender que se haya enamorado de mí, de cualquier hombre que ella hubiera podido elegir siempre fui la peor opción, aunque sé que no es cierto lo que me ha dicho no puedo evitar pensar que exista esa parte oscura que hay en mí que no puedo controlar, me asusta y me hace sentir como un miserable depravado y me doy asco a mí mismo, lo único bueno de este encuentro es que no he sentido nada al ver a Rebecca.

APRENDIENDO A AMAR DE NUEVODonde viven las historias. Descúbrelo ahora