Ya han pasado 7 meses desde que Road desapareció y ayudó a Allen a huir de la Congregación, pero varios problemas se le han presentado con el paso del tiempo.
Por otra parte, Allen echa de menos a aquella chica que aprovechaba cada momento para deci...
Después de que terminaran casi todo lo que había en la enorme mesa Road los encaminó a las que serían sus habitaciones.
- Lavi, ésta es tuya y la de al lado es la tuya Yu ¿o prefieres que te diga Kanda? - señaló las puertas mientras miraba al chico de cabello azulado.
- Tch te lo agradecería bastante - dijo y entró sin decir nada
- Supongamos que está de mal humor, hasta mañana - se despidió Lavi
- ¿Cuál es la mía...Road? - preguntó el albino
La chica le devolvió la mirada y sonrió
- La tuya está ahí, al lado de la mía - señaló - Que duermas bien - dijo antes de irse pero Allen la detuvo.
- Espera, ¿podemos hablar de...algo? -
Road se detuvo por un momento, sabía cuál era la duda así que accedió, lo invitó a su habitación y al cerrar la puerta empezó la plática.
- ¿Qué quieres preguntarme? - dijo repentinamente, lo que hizo que Allen recordará las palabras de su amigo
- Pues...primero que nada, quiero una respuesta clara... - se sentía extraño
- Te escucho - se sentó al lado suyo
- ¿Realmente me quieres a mi o... a Nea? - preguntó por fin
La sonrisa de la chica desapareció, miró hacia otro lado y luego se levantó, se colocó frente al chico y tomó su rostro, mirándolo fijamente a los ojos y sonrió.
- Te daré la respuesta que quieres...clara - dijo admirando sus ojos plata - Yo quiero y amo la personalidad y el ser humano que es Allen Walker, nada más, y si llegó aquí fue para deshacerse del Noé - su sonrisa volvió y el brillo de los ojos plateados volvió a ser visible.
- Ahora lo demás...- volvió a sentarse
- El listón tenía un tipo de campo de fuerza contra Nea para que no tuvieras tanto problema, pero al romperse el escondite en el que estaban el listón perdió algo de poder, aún así funciona ahora pero puedo ayudarte a que duermas sin que te envuelva - aclaró todo
- ¿Y lo de mi maestro y Timcampy? -
- Cuando yo desperté él ya estaba aquí, con un frasco llenó de arena dorada, dijo que era Timcampy y que lo iba a arreglar, pasaron como tres días y el golem volvió a ser como antes - en ningún momento borró su sonrisa
- ¿Tú conoces a mi maestro? - preguntó con otra duda en mente
- Sí, desde mucho antes, él incluso conoció a Nea y a Mana cuando aún la familia era de 14 apóstoles, se hizo gran amigo de Nea y de paso conoció a todos los demás integrantes - sonrió a tales recuerdos.
El cuarto lo invadió un silencio por algunos momentos, cuando Allen quiso hablar otra vez, la voz de Road interrumpió.
- Bueno, será mejor que descanses, hoy fue un día muy pesado ¿o no? - preguntó tomando su mano izquierda, la más cercana que tenía y refiriéndose a lo que le pasó.
Allen asintió y se levantó, no sin antes recibir un abrazo bastante reconfortante y después marcharse hacia su habitación correspondiente, su interior se sentía feliz, su corazón palpitába por la emoción de que sus sospechas eran incorrectas.
Entró a su habitación y encontró un letrero enorme que le daba la bienvenida, lo que le hizo recordar a la Orden; sonrió nostálgico y vió a Timcampy acercarse a él con mucha urgencia y algo juguetón.
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El chico sonrió al verlo y tenerlo de nuevo.
- Te eché bastante de menos...Tim -
El golem comenzó a revolotear al rededor del chico, él también estaba feliz de verlo otra vez.
Se dirigió a la notable y gran cama que ahí había, no cabía duda que dormiría de forma mucho más cómoda que antes, y así de ahora en adelante.
