Respuestas

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El día iluminó todo el lugar, todos ya estaban despiertos y después de ver como el sol salía, salieron de sus habitaciones.

En sus rostros se notaba el nerviosismo y la decisión de ese día.

Bajaron al comedor y tomaron el desayuno en total silencio, la tensión se sentía hasta en el aire pero así debía ser.

La hora llegó y tanto el Noé como el chico se detuvieron un momento frente a la puerta. Timcampy y Tim-ne los acompañaban. Allen se dio la vuelta y miró a sus amigos, tanto a ella como a Road.

- Nos vemos en un rato -  dijo y sonrió

Nea solo los miró de reojo y suspiró, luego abrió la puerta.

Ambos salieron y comenzaron a caminar...tenían que llegar sin ayuda de nadie, por su propia cuenta, así que usar la puerta de Road y esas cosas más no se valían.

El silencio los acompañó por mucho, ni una palabra se dirigieron, solo miraban el suelo y el frente del camino y ya. Les tomó como dos horas el llegar, estaba bastante alejada.

Cuando llegaron se acercaron a la casa y Tim-ne comenzó a volar con más prisa para después encontrarse con una niña...Lucía.

Al ver a ambos chicos acercarse corrió hacia el interior del lugar...llamando a la mujer mayor la cual sonrió.

- Prepara la tetera Lucía, son nuestros invitados -  dijo identificando a ambos

Se acercó a ambos y los recibió.

- Allen Walker, Nea Walker, sean bienvenidos, los esperábamos...y en especial a ti -  miró al albino

Él asintió y sonrió sincero como de costumbre, pasaron al gran lugar.

Varias personas miraban con asombro al Noé, mientras otros más miraban extraño al chico albino.

Los pasaron a la sala donde se encontraba la niña con el golem.

- Tomen asiento, relájense y los escucho, ¿Tienen algo qué decir? -  preguntó

El silencio invadió la habitación hasta que se dio cuenta y sonrió.

- Ah, perdónenme, mi nombre es Katerina y era hermana de Cornelia...-

Ese nombre llamó la atención de Nea, así se llamaba su madre.

- Entiendo amm, bueno pues, usted ya sabe mi nombre pero creo que no está por alto decir que soy exorcista -   sonrió

Katerina asintió y luego miró a Nea.

- Cuanto tiempo sin verte, solo recuerdo cómo jugabas con Mana en el jardín -  sonrió con ternura

Nea trató de hacer lo mismo pero le costó.

- Vinimos porque...aquí el chico quiere respuestas sobre todo creo... -  dijo sin mucha importancia

Lucía repartió las tazas de té y se sentó al lado de Katerina, ella asintió y sonrió, decidida a hablar.

- De acuerdo, yo y mi hermana conocimos al Conde del Milenio cuando éramos jóvenes, venía aquí un cierto tiempo hasta que de repente dejó de venir justo cuando un día Cornelia enfermó, no de gravedad pero reposaba mucho... -  comenzó a contar, manteniendo tanto la atención del albino como la del Noé.

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Era un día como todos los demás, tranquilo y radiante, pero la menor de las hermanas Campbell amaneció enferma, como si nada.  Tenía fiebre y repentina tos.

Un médico fue a verla, no era nada grave pero debía cuidarse. Katerina, la mayor de las dos estaba al tanto de su cuidado.

- ¿Crees que me cure pronto? -  preguntaba la chica, su hermana reía y acariciaba su frente

- Claro que sí, y cuando eso pase volveremos a hacer un día de campo bajo aquél árbol floreado -   dijo

Cornelia sonrió y esperó ese día.

Pasó una semana, el Conde no aparecía, él no sabía de ellas y ellas no sabían de él.

11 días, nada, Cornelia apenas se iba recuperando. Ese mismo día en la tarde apareció el Conde, paseaba por aquél campo dorado donde encontró a Katerina.

- Buenas tardes señorita Campbell -  saludó el hombre

- Buenas tardes Conde, no me esperaba verlo por acá -  respondió de manera dulce y amable.

- ¿Y la señorita Cornelia? -  preguntó al no verla en el campo

- Está enferma, no es algo grave pero necesita reposar -  respondió

- Entiendo...¿Le mandaría saludos de mi parte? -  preguntó serena-mente

- Claro -   respondió Katerina

El Conde tomó ahora su nuevo sombrero, se lo colocó y con un ligero inclina-miento se despidió

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El Conde tomó ahora su nuevo sombrero, se lo colocó y con un ligero inclina-miento se despidió.

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- ¿Quiere decir que en verdad tenían algo que ver con el Conde del
Milenio? -  preguntó, atento

Katerina quedó en silencio por un momento, dio un sorbo a su té y continuó.

- Después de eso, volvió a desaparecer, no asistió de nuevo a la mansión por mucho tiempo... -

- Le hice una pregunta, por favor, contésteme -  pidió

La mujer asintió.

- Nuestra familia era de alguna u otra forma cercana al Conde Milenario y a su propia familia, por eso lo conocíamos -  respondió con amabilidad y tratando de que todas sus palabras fueran claras.

Allen asintió y la dejó continuar con el relato, había mucho para seguir y justo ahora lo estaba comprendiendo.

Esperando tu llegada *Allen x Road*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora