Deseo compartido

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Después del desayuno, Kanda comenzó a platicar con la mujer, mientras Allen se dirigió al cuarto de Keim para hablar con ella.

La chica accedió a abrirle la puerta y comenzar esa plática.

- Hola, Keim ¿Verdad? -  preguntó amistoso

- Sí, tú eres Allen ¿cierto? Lo escucho casi todos los días -  su mirada se frustró

- Dime Keim....¿Cuándo descubriste que tenías ese tipo de inocencia? -  Se sentó en la orilla de la cama, cerca de donde ella estaba sentada.

- Desde mis 8 años más o menos -  abrazó sus piernas  - Desde ahí supe que podía controlar ciertas cosas como el agua, el fuego, la tierra y un poco el viento, contando los objetos sólidos, pero como mi madre no le agradaba que lo usara dentro de casa, lo fui olvidando - 

- ¿Cuál manejas con facilidad y cual no? -  se interesó más en ella

- La tierra y el agua -  habló sin mucho ánimo

- ¿Puedo saber...qué escuchas en tu cabeza? -  preguntó algo intrigado

- Conversaciones de como atraparte, los de la Orden te quieren matar mientras que los Noé solo te quieren en el Arca pero cuando obtengan a Nea igual se desharan de ti -  habló preocupada

- Ya veo -

- ¿Por qué tienes un Noé dentro de
ti? -  preguntó curiosa

Allen sonrió de manera dulce y simpática.

- Ni siquiera yo lo sé -  habló tranquilo

- ¿Y cómo es que no te preocupa? -  preguntó algo confusa

- Tal vez ya me acostumbré a ello, lo que sí, es que ya no...me controla de repente, ya es muy difícil, o eso quiero creer -  contestó sin borrar su sonrisa

- Eres un chico muy agradable ¿lo sabías? -  dijo olvidando un poco su mirada triste y sonrió

- Lo sabía, pero no tenía a nadie quien me lo recordara -  habló sincero, mientras que en su mente, la chica del cabello púrpura aparecía.

Su ceño se frunció levemente y después volvió a mirar a la chica.

- Sabes?, yo también quiero que esta guerra acabe -  dijo cabizbajo

Keim levantó su mirada, sorprendida y esperanzada para después sonreír.

- ¿En serio? -  preguntó incrédula

- Sí, y lucharé día por día hasta lograrlo -

- ¿Tú solo? -  frunció su ceño de nuevo en forma triste

- No se sabe bien con quien puedes contar y con quien no...te podría decir que ahora cuento con Kanda, pero quien sabe, antes yo contaba con todos mis amigos pero de ellos solo quedó Jonny y Kanda -  Allen volvió a sentirse solo por recordar aquél entonces

- De Kanda e escuchado un poco pero ¿qué pasa con ese Jonny? -  preguntó

Allen volvió a sonreír a pesar de como se sentía y accedió a contestar.

- Jonny es un chico agradable, muy buen amigo, es sociable y se preocupa por los demás, cuando descubrieron que yo tenía a Nea dentro, él y toda la rama científica comenzaron a buscar algo para quitarme eso -  sonrió recordando

- Debiste ser muy querido -  sonrió igual

- Sí algo...-  suspiró  - Aún así, aunque me declararon Noé oficialmente, Jonny renunció a la Orden para buscarme, fue el único que no se rindió y después supe que por el camino se encontró a Kanda -

- ¿Y dónde está Jonny ahora? - preguntó

- Tal vez está de nuevo en la Orden, cumpliendo un castigo -  dijo melancólico

- Entiendo, has pasado por mucho al igual que Kanda, pero yo sé....que hay algo más importante en tu cabeza que acabar con la guerra, es la Noé mayor ¿Cierto? -  preguntó

Allen se sorprendió por la pregunta pero era verdad, en el momento sus ojos se dilataron pero después bajó la cabeza y sonrió.

- Sí, tienes razón, eso es más importante para mi que acabar la guerra, encontrarla -

- Sabes?, es extraño porque según lo que platican, el décimo cuarto es considerado también como el músico, un Noé importante que es capaz de controlar el Arca y que por razones que aún no sé, Nea y Road tenían una relación algo cercana, no sé de qué tipo pero a Sheryl no le gusta recordarlo mucho -  dijo recordando y razonando lo antes platicado en el Arca

- Ya entiendo...Nea, está dentro de mi, yo soy una persona común y corriente, antes considerado como exorcista aún así Road me quiso, entiendo el mayor desprecio de Sheryl hacía mi -  Sus palabras lo hicieron dudar..

Nea dentro de mi, él y Road eran cercanos, ella dijo que me quería pero...¿y si en realidad sólo quiere a Nea...que reside dentro de mi?

Su cabeza quedó hecho nudos después de pensar eso....con Cross podría ser igual.

- ¡Allen, Keim ¿No quieren comer algo? Hice un pastel de chocolate! -

La voz de la madre sacó un poco al albino de sus pensamientos, se entusiasmó pero no lo suficiente como siempre.

Aún así ambos acudieron al llamado.

- Me agrada que quieras acabar con esta guerra igual que yo, y espero que encuentres a Road -  dijo antes de que salieran del cuarto

- Sí, gracias -  sonrió algo forzado para después llegar a la cocina, el pastel tenía dos asombrosos pisos llenos de dulces y nata montada, el pan estaba cubierto de un delicioso glaseado.

El apetito del chico creció de inmediato pero sus dudas crecían más y más, confundiéndolo.

Esperando tu llegada *Allen x Road*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora