Capitulo 12: Corazón roto.

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Creo que es el capi más intenso y más largo que he escrito. Espero que no queraís matarme, efectivamente aquí esta lo que nadie se esperaba, y os sonará a tópico, el tema esta explotado sí, pero tengo una idea en mente, que por lo menos yo no he leido hasta ahora. Espero que os guste, y que no queraís matarme.

Alguna más que otra, tendrá verdaderas ganas de matarme, pero no lo hagaís, por que entonces no podre seguir escribiendo! ;) jejejeje.

Uffff... entre lo sensible que estoy y el final del capitulo estoy reprimiendo las lágrimas todo lo posible para no llorar xD.

No os entretengo más y os dejo con este capitulo que.. creo que no sera indiferente para nadie ;)

Como siempre y hoy más que nunca, espero vuestros votos y comentarios ;) Os quiero!

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P.O.V Lara

Me estiré en la cama todo lo que mi cuerpo me dejó. Acababa de despertarme, hoy no iba a trabajar, mi día libre.

Tenía una extraña sensación, como de miedo, como si alguien fuer a venir a hacernos algo. Sacudí mi cabeza intentando quitarme esa absurda idea de la mente, y baje al salón ha hacerme el desayuno.

Pase toda la mañana limpiando un poco la casa, colocando cosas que había por medio, hasta que me puse a hacer la comida. Estaba preparando mis ricos macarrones, esos que tanto le gustaban a Raúl y a mis hijos.

-¡Qué bien huele mami!.- Dijo Marta que acaba de llegar junto a Ainhoa.

-Gracias hija.- Dije dándola un beso.- Ainhoa, ¿Todo bien?.- Pregunte al verla triste.

-Bueno...- Dijo ella tristona.

-Iván sigue enfadado con ella, bueno, hoy ni si quiera a ido a clase.- Dijo Marta.

-Oh, bueno no te preocupes, hoy entrena con tu padre y creo que después vendrán a casa al seguir en el sótano.- Dije mientras veía que sonreía un poco.

Comimos los cuatro tranquilamente, hoy Raúl comía en el gimnasio, porque uno de nuestros proveedores quería mostrarle nuevas maquinas y quedaron en comer con él para hablar tranquilamente.

Pase la tarde con la misma sensación que me había levantado, presentía que algo malo iba a pasar, por lo que miraba una y otra vez la hora, deseando que llegará Raúl a casa, me sentía tan protegida con él, tan segura.. que necesitaba que volviera pronto, aunque no quería molestarle, estaría entrenando a los chicos de mis hijas. Suspire aún nerviosa, cada vez la sensación era mayor.

Subí a mí habitación y me puse una sudadera de Raúl, su olor me tranquilizaba, era como si estuviera conmigo, baje las escaleras aspirando su perfume.

-Mami ¿Te pasa algo?.- Dijo Ainhoa que acababa de bajar de estudiar.

-Nada cariño, una sensación tonta.- Dije sonriendo de medio lado.

-¿Una sensación?.- Dijo extrañada.

-Sí, como si algo malo fuera a pasar, no se hija, tonterías mías.- Dije riéndome y nos sentamos a ver la televisión.

Estábamos entretenidas viendo una serie que ya habíamos visto mil veces, pero que seguía divirtiéndonos. Estábamos riéndonos a carcajadas por la escena que acabábamos de ver cuando oímos a Marta gritar.

-¿Qué haces aquí?.- ¡Lárgate!.- ¡Qué te vayas!.- No me toques...-

Subí corriendo a la habitación de mi hija y abrí, para quedarme sorprendida con lo que veía, era Ismael, había subido por la ventana, mi hija tenía la manía de estudiar con la ventana abierta, por mucho frio que hiciera, porque justo debajo de su escritorio estaba el radiador.

Luchare por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora