Luchare por ti

Capitulo 52: ¿Qué haces aquí?

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Siento haber subido tan tarde chicas... =O problemas con el pc! Gracias a dios...arreglado esta o eso parece xD

Espero que os guste, siento subirlo tan tarde. Os quiero! Votar y comentar! Gracias a tooooooooooooooooooooodos!!!!

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P.O.V Marta

Estaba paralizada a la salida del instituto. El estaba en la salida, con el coche aparcado justo enfrente, apoyado en su capo. Mi hermana tiro de mi, llevándome hacia él, quise resistirme, pero su agarre era mucho más fuerte.

Cuando estuve enfrente de él, me miraba entre enfadado y triste, parecía cansado. ¿Estaría cansado de mi?.

-Hola...- Dije finalmente como pude.

-Hola...- Contesto.

-Esto...¿qué haces aquí?.- Dije intentando no sonar borde.

-¿Te molesta que este aquí?.- Me pregunto de repente.- Digo, ¿no es lo que querías? Que estuviese aquí...- Me contesto borde, me estaba haciendo daño.

-En ningún momento te pedí.. que vinieras..-Me explique.- Solo quería pasar más tiempo contigo.- Dije mirando sus ojos.

-Claro..- Dijo molesto.

Baje mi mirada al suelo, hacía rato que intentaba contener mis lagrimas, pero ya era inútil hacerlo. Deje escapar las lagrimas de mis ojos, y baje un poco más mi cabeza.

-Vamos, os llevo a casa.- Dijo abriendo la puerta del copiloto y empujándome para que entrara.

No quise saber nada de nadie mientras íbamos de camino a mi casa, simplemente cerré los ojos para evitar que viera mis ojos llenos de lágrimas y gire mi cabeza hacía la ventanilla. Note que el coche se paraba y un cinturón se desabrochaba, abrí los ojos, estábamos en casa de Iván;

Enseguida llegamos a mi casa, mi hermana se quito el cinturón y yo fui a hacer lo mismo, pero una mano me lo impidió. 

-Quédate, ven conmigo a casa.- Dijo cogiendo la mano que tenía en el enganche del cinturón.

Le mire y negué con la cabeza despacio, suspiro.

-Por favor...- Dijo mirándome triste.

Volví a recostarme sobre el asiento, y Sergio arranco, no me di cuenta que mi hermana se habia bajado.

Llegamos a su casa y el ambiente estaba tenso, deje mi carpeta y mi bolso en su mesa mientras el abría las ventanas. Suspire triste, todo iba mal, cuando no era una cosa era otra, pero siempre discutiendo.

Limpie las lagrimas que habían vuelto a caer sin permiso, y unos brazos me abrazaron, dejando como almohada su pecho.