DOCE

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—El cambiar este lugar que se ha vuelto nuestro limitado mundo no es solo una fantasía, es una realidad, pero esto es posible si todos los engranajes de esta maquina funcionan.

Daniel comienza a explicarme poco a poco el porqué de esta junta.

—Matías, entre los planes que tenemos es una pieza clave para que todo esto sea posible. Desde que tú llegaste él ha cambiado en su forma de actuar, su actitud violenta ha ido apaciguándose, no del todo, pero está mucho menos impetuoso de lo que ha estado con diversas clases de medicaciones y terapias.

Escucho atentamente hacia a donde se dirige todo esto y recuerdo las palabras de Sofía cuando hablamos de la Purplecina.

—Por otro lado, hace ya un año más o menos estamos formando una agrupación oficial opositora del gobierno de Bernard junto a todo el cuerpo de científicos del centro de investigaciones bioquímicas, también estamos estableciendo una fuerza militar independiente del ejercito neutral en fin, estamos forjando una gran agrupación en contra del gobierno actual de Sub Terra. La propuesta que te vengo a hacer es que necesito que seas parte oficialmente del Ejercito de los Resentidos. Esta es la orden militar que te he comentado recién.

Me mantengo en silencio mirando el paisaje a mí alrededor, mientras tomo el peso de todo. Pero un pensamiento atraviesa mi mente y no puedo evitar filtrarlo de mi boca.

—¿Todo esto que tiene que ver con Matías?

Daniel me mira un poco sorprendido por mi elocuencia poco habitual al menos en mi estadía en Sub Terra al hablar de temas serios, pero no le sorprende de mala manera, es más, responde automáticamente después de mi interrogante.

—El tratar a Matías no es una cuestión que esté solo en mis manos y el comenzar un tratamiento de rehabilitación con un sujeto de prueba único es algo difícil de tranzar, incluso con las personas que está a favor de levantarse contra el régimen autoritario Bernardista, ya que es peligroso hacer planes de ese calibre en las narices del gobierno actual. Por otro lado, si queremos tratar a Matías, el único elemento efectivo, hasta el momento, para introducir algún cambio en él eres tu.

—Entonces, quieres comenzar una terapia conmigo para que Matías pueda recordar algo de su pasado y que la Purplecina comience a desalojar su cuerpo, ¿Es algo así lo que me quieres decir?

La sorpresa vuelve al rostro de mi acompañante.

—¿Cómo sabes el nombre del suero?— Pregunta extrañado por mi conocimiento, tal vez excesivo para él.

—He investigado lo suficiente.— Respondo segura de lo que digo, pero vuelvo a la pregunta que le hice. —¿Entonces eso es lo que me quieres decir?

—Eso es lo que te quería decir. Bueno, eso nos ahorra tiempo.— Responde un poco entrecortadamente aun por la sorpresa. No sé que esperaba de mi, ¿Qué me iba a quedar solo con lo que conocía hasta el momento? pues eso no puede ser.

—Volviendo a los permisos para realizar las sesiones de Matías. Envié una propuesta al grupo ejecutivo dirigente de la oposición que explicase porqué debemos de intentar curar a Matías, y aceptaron casi todas mis peticiones, solo con una condición de parte del oficial de la guardia de los resentidos: Que te hicieras parte de la oposición oficialmente, firmando un contrato y que te enlistaras en "El Ejercito de los Resentidos". Ya que no dejarían que cualquier persona entrase en el plan y aceptaron admitirte por tu expediente de sobreviviente: Que haz resistido mucho tiempo en la niebla con pocos recursos, estas sana física y mentalmente entre otras cosas. Ahora solo falta que aceptes y así podrás ser parte del programa.

El silencio vuelve entre nosotros y Danny se suelta de la barra de seguridad y comienza a moverse incómodo.

—Sé que es una decisión difícil de tomar por todo lo que haz pasado y quizá el aceptar sea un nuevo peligro para ti, pero quiero que lo tomes como una nueva oportunidad de vida. Luego de pasar todo lo que hemos pasado uno cree que ya la vida no tiene un sentido real, sino que una sub existencia y una lucha contra la muerte que es constante y no tiene razón de ser. Y el creer en que se puede hacer un cambio, aunque sea a costa de tu propia vida, es un modo de encontrar un real sentido al seguir levantándose en las mañanas. Al menos yo lo pensé así cuando acepté unirme. El llamado está hecho, ahora esta en tus manos contestarlo.

Espera una respuesta y encuentra más silencio en mis labios sellados, se mueve un poco y me observa, lo siento, aunque no lo esté viendo directamente. Mira a toda dirección y se separa de mi lado, se está yendo.

—Espero tu respuesta pronto.— Dice desde atrás de mí —Ya sabes como contactarme.

¿Qué objeto tiene seguir existiendo sin un objetivo? Es en ese momento donde me suelto de la baranda de seguridad también y tomo a Danny del brazo antes de que abra la compuerta y se vaya.

No necesito pensarlo más, esta decisión creo que es de las que he estado más segura en mi vida.

—Contestaré ese llamado Danny. No como un debo, sino que como un quiero.

ACEPTO...

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