Capítulo 5: Caperucita Roja

32 5 0
                                    

(Viernes)

La semana transcurrió de la manera más del asco posible. Meyling ahora se sentaba a mi lado y me fastidiaba el hecho de recibir alrededor de 20 notas de amor durante toda la mañana. Adicional a eso, estaba en un constante estado de ansiedad por saber qué estaba planeando Rey y las cosas que le decía a Vanessa.

Estaba observando de reojo cuando me topé con la mirada de Vanessa. Le sonreí amablemente y asentí ligeramente con mi cabeza en señal de saludo. Ella solo se limitó a sonreír un poco. Era raro pero, aunque fuera una sonrisa un tanto forzada, se veía la sinceridad que había tras de ella.

Rey se apresuró a captar su atención preguntándole sobre las fórmulas que ocuparía para resolver los problemas de física. Solo me restó apartar la mirada.

Al finalizar la clase, el profesor nos designó a Rey y a mí para la limpieza de la sección. Sin embargo, no me sorprendió que él no quisiera hablar conmigo, no después de mi amenaza. Así que, muy amablemente, le pidió a Vanessa si lo podía cubrir ya que tenía asuntos importantes que atender ese día.

_ Si, no hay problema.- contestó ella.

_ Mil gracias guapa, me has salvado el pellejo.- y salió por la puerta.

Ambos quedamos en la sección. Solos nuevamente, pensé. Pero en comparación con ese día, esta era la Vanessa fuera de moda que veía a diario. Aunque no dejaba de ponerme nervioso la idea de estar cerca de ella.

Desde el incidente en mi casa, no había podido hablar a solas con Vanessa de lo que había sucedido, y sobre todo, quería disculparme en nombre del incompetente de mi amigo.

_ Gracias.- las palabras flotaron hasta mis oídos.

_ ¿Qué?- pregunté desconcertado.

_ Gracias… por ayudarme el otro día.

_ Ya te lo había dicho, no hay de qué.

Comenzamos a limpiar en silencio. Después de esas palabras, me limitaba a realizar mi trabajo y a ayudarle en lo que pudiera.

El hecho de que la apariencia que intentaba transmitir a los demás difería demasiado con relación a la hermosura que era, me perturbaba y me hacía ser más consciente de ella. Terminamos los quehaceres y fuimos a dejar las bolsas llenas de basura al patio.

_ Terminamos más rápido de lo que imaginé.

_ Si- contestó ella.

_ Ahora que Rey cambió de asiento, veo que te estás llevando mejor con él.- esta era mi oportunidad de recabar un poco de información.

_ Bueno… supongo que sí.

_ ¿Puedo hacerte una pregunta?- de súbito, un incómodo silencio se posó entre nosotros.

_ Claro…- contestó con inseguridad.

_ ¿Qué te dijo Rey el lunes?

_ ¿El lunes?- Vanessa me miró desconcertada.

_ Si, el lunes, cuando estaban hablando cerca de las bancas que están al otro lado de la escuela. Te vi asentir varias veces, y… me preocupó que él no estuviera siendo amable contigo. Me disculpo si mi amigo te causó algún inconveniente.- si ese hubiera sido el caso, debía limpiar un poco su reputación.

_ No, no te preocupes por eso Iván. Él solo me llamó para disculparse, nada más.

Era extraño…

¿Alguna vez han notado cuando alguien les miente? Siempre sientes una extraña opresión en el pecho o el estómago que te dice que esa persona oculta algo más.

Ignis (Abigail N.K.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora