Lo que aconteció después de esa noche sorprendió a todos.
Primero porque Meyling murió a causa de un paro respiratorio la madrugada del domingo; segundo porque la chica desaparecida, que todos pensaban había sido secuestrada por el mismo asesino de Meyling, resultó ser la única y principal sospechosa en la investigación policial; y por último, porque la verdad detrás de todo lo sucedido era más complicada que lo que se veía a simple vista.
Durante el resto del fin de semana, estuve detenido en la estación de policía. En la sala de interrogatorio conté todo lo que había sucedido desde aquel sábado que fui a visitar a mi novia y a su madre. No omití nada, sabía que si mentía, solo le acarrearía más problemas a Vanessa.
Estaba esperando que otro policía volviera a entrar, cuando se presentó en el cuarto René.
_ Romeo, Romeo, ¿Dónde estás que no te veo?- dijo en tono de burla.
_ Vete a la mierda René.- ella sonrió.
René se sentó frente a mí. Sin el uniforme, ahora si podía ver lo que no encajaba en ella. Era una mujer, no una adolescente. Llevando unos jeans desgastados, botas hasta las rodillas, una camiseta y una chaqueta de cuero. Con esta ropa, dejaba atrás la imagen de niña que el dulce uniforme con cuadros y lazos le proporcionaba.
Sacó de uno de los bolsillos de su chaqueta una placa de policía y me la mostró.
_ Mucho gusto Iván, soy la agente Pandora. Ha como supones, estoy trabajando en este caso de encubierto desde hace unos meses y necesito de tu colaboración en cerrar la maldita boca y ponerme atención. ¿Está claro?
Asentí.
_ Así me gusta. Ahora pon mucha atención. ¿Te enteraste de que Meyling murió?
Me limité a asentir.
_ ¿Te alegra que haya muerto?
Negué con la cabeza.
_ Bien… ¿Sabes que tu noviecita fue quien la dejó agonizando?
La cólera me encegueció nuevamente e intenté levantarme de la silla con un violento movimiento, olvidando que estaba esposado a esta.
_ Vanessa no hizo nada maldita bruja, ella es inocente.
René me atizó una cachetada en la cara que me sentó de inmediato. Me retorcí del dolor mientras sentía como la cabeza me daba vueltas y la mejilla me palpitaba.
_ ¡¿Qué parte de que te calles no me entendiste?!- dijo apretando los dientes, en tono amenazante.- ¡Déjame hablar!
La fulminé con la mirada y luego asentí.
_ Buen chico.- respondió con su tono usual- Ahora, para que entiendas, te contaré a detalle el motivo por el cual vine y me hice pasar por uno de ustedes.- René comenzó a caminar por la habitación con los brazos cruzados- Mi unidad se especializa en asesinos seriales y, puedes llamarlo coincidencia o instinto, pero un día recibí la llamada de mi jefe diciéndome del caso. Con mucho gusto lo acepté.- hizo una pausa- Antes que vayas a preguntar alguna estupidez como ¿Quién es tu jefe? ¿Cómo lo sabía él? Te diré que Renato es el agente con mayores honores y logros de mi unidad desde que ésta se formó.
La solemnidad de sus palabras era impresionante. Ver a René como alguien que guarda ese tipo de respeto casi religioso a un superior daba miedo. Ella siguió hablando.
_ Como sea… comenzamos a investigar y encontramos un patrón interesante. En los años anteriores en los cuales nos enfocamos, encontramos cuatro muertes por incendio. Todas ellas de jóvenes varones de entre 16 y 19 años. Pero esa no es la única coincidencia. Cada uno de los asesinatos está relacionado con el fuego y eso es lo preocupante…
_ Y solo porque hay incendios ¿Vanessa debe ser la culpable?- pregunté con sarcasmo, pero René me ignoró.
_ ¿Quieres que pierda el sentimiento de emoción que tengo al contarte esto?- no dije nada- El asesino siempre fue uno de ustedes. Lo sabía, pero me faltaba identificar quien era. Pero lo que realmente me sorprende es que tú también tenías esa corazonada.
Quedé blanco como una estatua de cal. René se acercó hasta estar a solo centímetros de mi cara y sonrío.
_ Me sorprende que no quieras volverte un investigador de una unidad policiaca Iván, después de todo, tienes el don del tercer ojo. El hecho de que tu pasatiempo sea la indagación lo hace más divertido. ¿Por qué quieres desperdiciar tu talento en el periodismo?
_ Lo que haga o deje de hacer es mi problema, no tuyo.
_ Mmmm ya. Tranquilo chico rudo, aquí yo no soy el enemigo.- canturreó.
Volvió a levantarse y retomó la caminata a través de la habitación.
_ Sabes… Vanessa Solís torturó a tu compañera aquella noche, aprovechando que los padres de la chica estaban fuera de su casa. Quería mostrarte las fotos de cómo lucia Meyling cuando la encontraron, pero resulta más humano que tu mente lo imagine. Uno de los vecinos de tu difunta compañera llamó a la policía porque la casa de los Padilla se estaba quemando. Como te imaginarás, la unidad de policía y los bomberos se desplegaron de inmediato, y al llegar, la casa estaba consumiéndose a una velocidad exorbitante. Comenzaron a apagar el fuego y entonces…- René se detuvo.
_ ¿Entonces qué?- pregunté mientras el enojo y el miedo se asomaban en mi rostro.
_ Entonces encontraron el cuerpo de la chica… el de Meyling.- tragué ruidosamente mientras sentías la bilis asomar por mi garganta.
_ Iván, esa chica saltó desde el segundo piso de la casa para no morir calcinada, aunque ya no importaba mucho que lo hiciera, su cuerpo estaba lleno de ampollas por las quemaduras que ya había sufrido.
_ No te creo- dije, aunque el temblor en mi voz no ayudaba.
_ ¿No?- respondió René y al instante habló a toda velocidad- Pues déjame decirte que ver a una chica de 18 años desnuda, con más del 50% del cuerpo quemado, una pierna rota y con un ojo destrozado, que decía de manera monótona y con un hilo de voz el nombre de Vanessa no es cosa de chiste Iván.
_ Hay más de una persona que se llama Vanessa en la capital- dije intentando parecer seguro, pero los ojos de René me hicieron bajar la mirada- Aun así… no creo que ella haya hecho esas horribles cosas que me estás diciendo.- susurré mientras las lágrimas asomaban en mis ojos.
_ ¿Sabes Iván? Puede que sea tu novia y estés enamorado de ella y toda esa basura, pero alguien murió, y aunque fuera una hija de puta que se lo merecía, había otras formas de desquitarse. No soy quien para juzgar tus gustos, pero te recomiendo que digas la verdad en todo momento porque solo si estás exento de este problema podrás ayudarla. Preso no le sirves.
_ ¿Tienes algo más que decir?- pregunté mientras sorbía mi nariz.
_ Si- dijo René incorporándose y dirigiéndose hacia el umbral de la puerta- Siento mucho ser yo la que te lo diga, pero no serás papá.
_ ¿Vanessa perdió al bebe?- pregunté con tono apesarado.
_ No seas imbécil Iván. Ella nunca estuvo embarazada, simplemente te usó para que estuvieras de su lado- respondió René de la forma más tranquila posible antes de salir por la puerta.
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Ignis (Abigail N.K.)
Teen FictionUna serie de accidentes perturban la paz de una ciudad, siendo el único elemento en común el fuego. De forma involuntaria, un joven llamado Ivan quedará atrapado en medio de estos sucesos, sin tener la menor idea de que las cosas no son tan simples...