Pasaron dos semanas antes de que diera inicio el juicio en contra de Vanessa.
Los bandos eran fáciles de identificar desde un principio. Era como estar en un ring de boxeo. En la esquina derecha, estaban los padres de Meyling y su abogado, así como la señora Ramírez quien juraba por los clavos de Cristo que su hijo había sido asesinado por Vanessa.
También en esta esquina se encontraban los buenos ciudadanos de la comunidad, un forense y un doctor de aspecto sereno. Había muchas personas que ni siquiera conocía y, para culminar la presentación de esta primera esquina, estaba la persona que más emoción me daba ver y esto desde el punto de vista del sarcasmo, René.
En la otra esquina estábamos las pocas personas que creíamos en la inocencia de Vanessa. La señora Solís se encontraba en este bando, junto a un abogado que, con mucho esfuerzo y los ahorros de toda una vida, contrató para demostrar la inocencia de su hija.
Así mismo, estaban unas pocas personas de la comunidad que no pensaban que una joven como Vanessa sería capaz de tales atrocidades; y un sujeto que parecía estar bastante ansioso. Llevaba unos grandes anteojos con fondos de botella que le hacían ver mayor, aunque deducía que, a lo mucho, tenía unos 40 años.
Y por supuesto, estaba yo. En parte siendo condenado como cómplice, y también para defender la inocencia de mi novia.
Aunque no quisiera, las palabras de René se repetían en mi mente a cada momento “Simplemente te usó para que estuvieras de su lado”. Tuve que sacudir mi cabeza para alejarlas de mis pensamientos. Debía estar enfocado, después de todo, el primer round daba inicio.
La esquina en contra de Vanessa la acusaba por asesinato en primer grado, además de señalarla como la principal sospechosa en la muerte de cuatro jóvenes más, incluyendo a Reynaldo. Adicional a esto, otros cargos como el de evasión de la ley, allanamiento de morada y destrucción de la propiedad de la familia Padilla, culminaban la lista de cargos.
Podía soportar escuchar todas esas acusaciones, pero el hecho de que irrumpieran la memoria de mi mejor amigo me molestó.
La esquina derecha hizo su siguiente ataque.
Los padres de Meyling contaron su versión de los hechos, exaltando a su difunta hija, derramando lágrimas, saliva y mocos en los relatos; semi desmayándose en los momentos en donde la conversación con el abogado de la esquina defensora de Vanessa se tornaba conflictiva y dando su versión de los motivos que dieron lugar a lo que había pasado.
Luego de eso fue llamado el doctor que permanecía calmado en la esquina derecha y relató el estado de la paciente cuando fue encontrada.
No es necesario ni mencionar la reacción de la audiencia que pedía la silla eléctrica, como mínimo, para Vanessa, y la cosa empeoró cuando el forense y el doctor mostraron las fotos de Meyling.
Debo admitir que incluso a mí me parecieron algo brutal las imágenes.
_ La señorita Padilla fue torturada- decía el doctor mientras pasaba las láminas de las diapositivas que contenían las fotos- Se sospecha que la acusada le lastimó las piernas para mantenerla despierta ya que, a causa del dolor, la difunta pudo haber perdido la consciencia en alguna ocasión.
Otra foto….
_ Las quemaduras fueron en segundo grado en el 60% del cuerpo.
Más fotos….
_ Cuando saltó por la ventana del segundo piso, esto con el fin de salvar su vida, la hoy occisa sufrió varias lesiones que desencadenarían posteriormente en su muerte. Entre ellas: un trauma cráneo encefálico severo, múltiples fracturas en el cuerpo, de las cuales destacaré la que sufrió en la pierna derecha porque perforó una de las arterias.
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Ignis (Abigail N.K.)
Teen FictionUna serie de accidentes perturban la paz de una ciudad, siendo el único elemento en común el fuego. De forma involuntaria, un joven llamado Ivan quedará atrapado en medio de estos sucesos, sin tener la menor idea de que las cosas no son tan simples...