🥀 Capítulo 14🥀

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DASHA
Estábamos en el jardín del castillo, el día era soleado y caluroso. Y el rey junto con parte de su ejército, se habían ausentado para ir a pelear otra batalla.

—Es muy hermoso princesa —dije al tener el bordado de la niña en mis manos. —Aunque algunas de sus costuras son torpes, mejorará con la práctica.

Aura sonreía. Estaba comenzando atesorar estos pequeños instantes de libertad, el aire fresco, la luz del sol, la compañía de los príncipes, lo único que lo arruinaba era la agria mirada de sir Barr sobre mí, siempre al pendiente de cada uno de mis movimientos.

— ¡Aura sigamos jugando! —gritó la hija de la cocinera, llamando la atención de la princesa.

— ¡Ya voy! —la princesa se fue corriendo detrás de la otra niña y yo me quedé ahí en compañía del amargado caballero que vigilaba mis espaldas todos los días.

— ¿No te cansas de vigilarme, sir? —pregunté sin mirarle.

— ¿Le molesto lady Dasha?

— ¡Sí, molestas mucho!

—Entonces me esforzaré el doble en mi vigilancia. —lo miré y vi que contenía una sonrisa. El muy bastardo se regocijaba molestándome.

—Es un hombre realmente molesto y fastidioso, milord.

—Me alegro de que lo piense así miladi —él se había acercado y se paró a mi lado. —Mi rey me ordenó mantenerla vigilada todo el tiempo que esté afuera y junto a la princesa.

—Algo excesivo y me imagino que tedioso para usted.

—No tanto si tengo la dicha de fastidiarle todo el día. Eso al menos no me hace sentir molesto por el hecho de que podría estar en una verdadera batalla y no siendo la niñera de una “prisionera”, si es que se le puede decir a esto prisión.

—Tiene razón. Recibo muchas más comodidades que cualquier otra persona que haya sido raptada por enemigos de guerra. —Dije con una sonrisa —Ya casi no tengo  razones para quejarme. Además, tu rey se fue y no regresará hasta dentro de varios días.

— ¿Y crees que con su ausencia podrás tramar algo? ¿Qué planeas celta? ¿Escaparte?

—Puede ser. Si me voy no tendrás que vigilarme y tu rey te encargará tareas de más relevancia que ser mi niñera.

—Ya me estaba comenzando acostumbrar a ti —dijo volviendo a esa actitud de hombre frio y cortante.

«Yo también comienzo acostumbrarme a ti, sir Barr»dije para mis adentros, conteniendo una sonrisa.

BARR
Cuando la noche cayó, la celta estaba cenando en compañía de los príncipes. Por insistencia de los niños lo permití. Ya el día había terminado y solo pasaba a vigilar a los guardias de la noche, debían estar concentrados en si un enemigo quiere acercarse a las puertas del castillo y en cambio me encuentro a un pequeño grupo descansando, riendo como si esto fuera una taberna.

— ¡¿Qué significa esto?! ¡Deberían estar en guardia! —repliqué frunciendo mi ceño y uno de ellos (Al cual conocía muy bien) solo sonrió.

—Por favor Barr, nadie sería tan estúpido para atacar este castillo sabiendo a quien pertenece.

—Y por hombres como tú, es que se pierden vidas sin justificación. —Jon siguió igual de despreocupado.

—Solo hablábamos de la nueva “señora” que el rey decidió conservar en el castillo. Tengo curiosidad sir, ¿cómo es estar cuidando el dulce culo de la celta? —preguntó el muy insolente.

©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora