🥀 Capítulo 28🥀

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MESES DESPUÉS...

DASHA
Gemma no había exagerado cuando dijo que el dolor seria insoportable y nada comparado a cualquier dolor que habría sentido. ¡Era un maldito infierno!

—Puja hermana, te lo ruego.

—¡Aaaaahhhh! —grité.

—Veo su cabeza. ¡Sosténgala! —mi hermana y Erika me ayudaban a mantenerme de pie y sentía como mi hijo casi me desgarrada desde la entrañas. —Puja.

—¡Aaaaahhhh! ¡Saquéenlo ya! ¡AAAAAHHHH! —grité tan fuerte hasta que ya no sentí dolor y mi grito fue reemplazado por un vigoroso llanto.

—Una niña. —me desplomé en el lecho agotada.

—Dasha, es una niña tan bonita hermana. —mi hermana me entregó a mi hija envuelta en una toalla limpia, mis ojos se llenaban de lágrimas.

—Eres hermosa, mi pequeña Alanna. Si tu padre te pudiera ver ahora se llenaría de tanta alegría. —La bebe aún tenía sus ojos cerrados. “Es preciosa”-pensé embelesada.

Las mujeres me limpiaron y me dejaron descansar con mi hija aun lado de mi cama en una rustica cuna. Al fin la tenía conmigo, mi pequeña princesa. La miraba dormir tan pacífica y mientras lo hacía mis ojos comenzaban a pesar hasta que se fueron cerrando y después todo fue oscuridad…

Estaba caminando por un sendero completamente extraño para mí, en medio de esa oscuridad apareció una tienda. No tenía miedo solo curiosidad, en cuanto entré ahí lo encontré.

Drakk.

—Siempre te ves hermosa Dasha —corrí hacia él y lo abracé, se sintió tan real.

—¡Te extraño tanto! —sus brazos me envolvieron. —Pude haber hecho algo ese día, pero dudé Drakk. Dudé cuando apunté esa flecha y te condené.

—Tú no me condenaste hermosa. Yo mismo lo hice con mi arrogancia y miedo a perderte.

—¿De qué hablas?

—Nunca estuviste destinada a permanecer a mi lado Dasha, el oráculo me lo dijo y eso me aterró pero ni siquiera al lado del rey dragón fuiste feliz, tú forjaste un nuevo destino, un comienzo para ti y tu hija. —acunó mi rostro —Te mereces ser feliz, formar la familia que siempre quisiste y que yo nunca te pude dar.

Drakk

—Vuelve al lado del caballero, te hará feliz mi Dasha. —lo miraba a los ojos porque sabia y  sentía que sería la última vez que los viera así de cálidos y vivos.

—Te amé tanto Drakk, tú me salvaste cuando estuve a punto de dejarme morir. Siempre te voy a recordar. —él sonrió.

—Nunca estarás sola, jamás has estado sola. —él se inclinó acercándose a mis labios — Siempre te amaré celta. —dijo para luego unir nuestros labios en un beso que se sintió tan vivo, real, cálido….”

Desperté con las mejillas mojadas por las lágrimas derramadas. Alanna estaba plácidamente dormida en cuna, me levanté y me acerqué a mi dulce bebita.

—Iremos con tu padre, pequeña estará tan dichoso por conocerte estoy segura de eso.

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Ya estaba haciendo mis planes para marcharme, esperaba unas semanas más para que Alana estuviera lo suficientemente fuerte para un viaje. Al día siguiente recibí una visita de Gorkan, el imponente vikingo miró con ternura a mi nenita.

—Gemma no mentía, tu hija es muy hermosa. —sonreí.

—Siempre quise hijos y tenerla conmigo aquí es una bendición… Voy a volver.

— ¿Como?

—Regresaré con el padre de Alanna, nunca debí irme como lo hice, lo abandoné y ni siquiera le dije sobre la existencia de la bebé.

—¿Estas segura de volver Dasha? Podrían matarte. —dijo con su ceño fruncido.
—No lo harán, se cómo defenderme a mí y a mi bebé.
—Te ayudaré en todo lo que pidas, mis mejores hombres te escoltaran a ti y a la niña. Tu hermana me mataría si dejara que algo te pasara. —reí al escucharlo.
—Solo tengo una petición que hacerte.
—Dila.
—Cuida de mi hermana y de mi sobrino, Gorkan Amdahl. Ámalos y haz a Gemma muy feliz.
—Lo hare siempre Dasha. Gemma y el pequeño Drakk siempre estarán a salvo. —sonreí.

—Gracias.

©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora