🥀 Capítulo 16🥀

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GORKAN
Estaba feliz, me sentía extasiado. Gemma me dejaba estar cerca de ella, aun podía percibir su desconfianza hacia mí persona, pero muy pronto ganaré su perdón, tendré su amor.

—Ahora sonríes más a menudo Gorkan. —dejé de afilar mi espada y miré a Gaiat, ella tenía una sonrisa forzada en sus labios.

—Sabes cuál es la razón de mi felicidad Gaiat, y yo puedo notar que eso es lo que te pone furiosa. Verme feliz por una mujer que no eres tú. —dejó de fingir y mostró su descontento.

— ¿Por qué ella? ¿Qué tiene ella que ofrecerte que yo no pudiera darte?

—A ella la ame desde el primer momento en que la vi, a ti solo te he visto como una hermana. Jamás me has atraído como mujer. —el dolor que mostraron sus ojos azules rápidamente los ocultó.

—Amas a una vulgar mujerzuela. —escupía palabras llenas de veneno, haciéndome enfadar.

—No abuses de mi cariño hacia a ti para insultar a mi mujer.

— ¿La amarías aun sabiendo que otros hombres disfrutan del calor que ofrecen sus piernas? Entonces eres más estúpido de lo que pensé…—la rabia se apoderó de mí y la sujeté del cuello, ahogándola.

— Más te vale que tengas pruebas de lo que dices Gaiat.

—Y si las tuviera… ¿qué harías? ¿Qué le harías a una mujer que te engaña? —me retó sin titubear. Aun sintiendo como el aire cada vez era más escaso — ¿qué harías gran Gorkan? Un gran guerrero frente a los nuestro, pero es engañado y…

—¡Cállate si no quieres que te mate Gaiat! —la solté y ella tosió con fuerza,  buscando aire con desesperación. —Sabes muy bien que no soporto una traición, nunca he sido un hombre que le guste ser burlado Gaiat...

— ¡Ella te engaña! —volvió a repetir.

—Antes de que hables para seguir ensuciando a mi mujer, yo mismo te mataré Gaiat.

—No temo a la verdad, porque yo se la verdad —ocultó el dolor que sentía por mi fuerte agarre. —Gemma es mi mujer, mía. ¡Escuchaste! Ella era pura, una virgen cuando la tuve entre mi brazos, yo he sido el único hombre que la ha poseído y ni tu, ni tu lengua venenosa me harán dudar de lo contrario.

—Que ciego estas. Yo jamás te hubiera engañado, yo te habría amado…aun te amo—la aparté lejos de mí, solo me producía asco.

—Lárgate antes de que olvide todos los años de amistad y te mate Gaiat con mis propias manos.

—Cuando te demuestre lo falsa que es tu celta sé que vendrás a mis brazos, Gorkan —dijo y se marchó.

Maldita mujer”-. Gaiat estaba enloqueciendo, mi paciencia tenía un límite que ella estaba por rebasar.

GEMMA
Erika me ayudaba a coser el vestido de novia. Estaba muy feliz con el resultado, algunos detalles que eran mininos, sería lo último que faltaría para que el vestido estuviera perfecto. Los  pequeños bordados del vestido resaltaban en la fina tela.

—Estarás preciosa Gemma —dijo al ver el vestido ya terminado. —Muchas te tendrás envidia.

—Muchas ya me tienen envidia y no es para nada agradable. Solo quiero que el día de la boda aquella loca no me queme el vestido cuando lo vea.

—No lo hará, Gaiat es perro que ladra mucho pero su mordida es menos peligrosa que su ladrido. Ya debo irme, mi madre me necesita en la casa.

—Tú ve, estaré bien. Guardaré el vestido y esperaré a Gorkan.

©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora