🥀 Capítulo 22🥀

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SEMANAS DESPUÉS…

DASHA
El periodo no me había bajado en varios días, me comenzaba a preocupar, pero no pensé mucho en eso cuando estaba más concentrada en planear mi huida de este castillo, no sería muy difícil, teniendo en cuenta que los guardias son unos incompetentes, el muchacho que me dijo que Gemma estaba viva me iba ayudar a escapar y darme el tiempo suficiente para que nadie notara mi ausencia de inmediato.

Pero los mareos fueron viniendo al paso de los días. La cocinera que era la única que me trasmitía la suficiente confianza me confirmó mis sospechas.

—Estas embarazada, miladi. —dijo dejándome estupefacta.

Quise sentirme feliz, tendría un hijo, lo que siempre desee pero ahora no era el momento, no podía tenerlo. No cuando estaba por huir de su padre.

— ¡No, no puede ser, no puede ser! No lo estoy, me niego a creerlo, mi primer esposo siempre me hizo suya y jamás me embarazó, ¡¿por qué ahora?! —exigí a la mujer pero no se inmuto.

—Estas preñada y no hay nada que se pueda hacer. Imagino que el hijo es de sir Barr, los rumores de ustedes dos ya se extendieron por todo el castillo. —Evite mirarla —Debe decirle.

Tenía en mi vientre un hijo suyo. ¿Cómo podría a escapar para reunirme con mi hermana si tenía en mi vientre un hijo del hombre que amaba?

— ¿Lady Dasha, le va a decir a sir Barr? —la mire.

—Sí, se lo diré. Pero le pediré que mantenga esto en secreto, no deseo que esta noticia se sepa por todo el castillo.

—No se preocupe, se guardar un secreto cuando me lo piden señora. Pero debería pensar en casarse con sir Barr.

—Tendré su consejo en cuenta, gracias. —Salí de la cocina y corrí rápidamente a mi dormitorio.
Lo que tanto había anhelado y viene a darse cuando estoy por irme lejos. Sir Barr me odiará cuando sepa que hui y estando embarazada.

—El jamás me dejara marchar si lo descubre ahora y su lealtad hacia su rey le impedirá llevarme de nuevo con Gemma, debo irme de aquí. —toque mi vientre con una sonrisa. — Por fin seria madre… y abandonaría a un buen hombre.

SELINA
El cambio en mi apariencia lo sentía para bien. Aun me veía en el espejo y me costaba reconocerme, pero me gustaba el cambio. Mi cabello ahora peinado y ondulado, mis ojos resaltaban, el vestido que lady Dasha me había regalado que me hacía ver más femenina.

Me terminaba de arreglar mientras escuchaba los ladridos incontenibles de Draco.

—Este más animado hoy pequeño—el cachorro estaba de un lado a otro. Había estado corriendo por toda la habitación. Lo agarre y lo puse sobre mi regazo, reí mientras el cachorro mordía mis dedos con sus pequeños dientes. —Debes tener hambre. ¿Cierto cariño?

Acaricie por detrás de sus orejas y el ladró feliz, lo bajé de mi regazo. El perro era pequeño pero sano. 

—Volveré pronto, te buscare algo de comer —lo hice a un lado y Salí de la habitación, cerrando la puerta para que el cachorro no escapara.

Catrina no me había dirigido la palabra en varios días, lo mismo pasaba con mi padre. Lady Dasha era la única que hablaba conmigo, pero aun así me siento muy sola. Quería el amor de mi familia, y yo como una estúpida rogaba y suplicaba por ello. Entre a la cocina del castillo y amablemente pedí permiso para poder tomar algunos alimentos y darle de comer a Draco.

La servidumbre no era la más amable pero al menos me trataban con respeto. Caminé de vuelta hacia mi habitación y entre al dormitorio, esperando ser recibida por ladridos, pero no escuché nada.

©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora