🥀 Capítulo 20🥀

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DASHA
Su silencio, siempre ese maldito silencio que me exasperaba y me llenaba de frustración. Me arrastró hasta un dormitorio y ahí me encontraba yo. En una habitación encerrada con un hombre ardido y celoso por haberme visto besándome con otro.

— ¿No me hablarás? —pregunté harta de tanto silencio.

— ¿Por qué debería hacerlo? —sus voz sonaba llena de frialdad. —No debería sorprenderme desde que mostraste tu belleza en el banquete, hasta el mismo rey cayó ante ti…

—Suenas furioso. ¿Acaso estas celoso sir? —pregunté divertida.

—Si. —admitió y en sus ojos se veía que estaba conteniendo su cólera irracional.

—Que sorpresa, pensaba que tu corazón solo guardaba sentimientos por tu adorada Camila —el me agarro del ante brazo, empujándome contra la pared.

— ¿Qué es lo que te propones Dasha? —Pregunto con rabia — ¿buscas poder? ¿Te gusto ser besada por el rey?

— ¿Y si así fuera? ¿Si me hubiera estremecido con el toque de sus labios qué harías Barr? ¡Responde! ¡¿Qué harías!?

—No juegues conmigo Dasha. No te lo permitiré.

— ¿Jugar contigo? ¿Y Cómo podría? Si en tu corazón está grabado un nombre y es el de Camila, siempre lady Camila. Así que lo que haga con otros hombres o incluso con el mismo rey no debería importarte… —la tensión entre los dos era tan densa, podía ver como se estaba conteniendo.

— ¡No te dejaré volverte la amante del rey!

—Que risa me das, eres tan patético. Yo escogeré a mis amantes no tú y el rey es joven, guapo, vigoroso y apasionado, me hará suya y yo solo gritaré su nombre y… —sus labios callaron a los míos con un furioso beso que me hizo sentir fuego recorriendo mis venas.

—El solo pensarte en sus brazos me vuelve loco, me haces sentir tanta ira, quiero raptarte, llevarte lejos. Me llenas de celos enfermos con tus descaradas palabras, con tus miradas hacia él. Deja de hacerlo, no lo mires más.

— ¿Por qué?

—Porque solo te quiero para mí.  —mi respiración era casi entrecortada y pesada.

—Demuéstralo. —volvió a besarme de una manera más arrolladora y enredé mis piernas en su cintura. Sentía su hombría cada vez más dura, levantó la falsa de mi vestido y yo buscaba la manera de sacar su miembro duro.

Me llevó hasta el lecho de la habitación. Cuando el entro en mí, dolió un poco había pasado tiempo desde la última vez que estuve con un hombre. Dejé que me hiciera suya y gemía con cada embestida. Agarraba su cabello castaño claro, se sentía suave bajo mis dedos. Volvía a sentirme viva, su calor, sus caricias me hacían sentir como una mujer completa.

Se vino en mi interior y ambos nos quedamos abrazados, el escondía su  rostro en el pequeño espacio de mi cuello, mi respiración se volvía regular, nos miramos a los ojos.

Si pudiera confesar que comienzo amarte… ¿me corresponderías?
¿Cómo decirle que con cada día que pasaba llenabas espacios que creí vacíos y que el recuerdo Drakk poco a poco ya dejaba de doler al tenerte conmigo?
Lo besé sintiéndome libre, el fuego que me recorrió todo el cuerpo fue como una gran ola abrasadora que me hizo temblar, me aferré a sus hombros, Él me rodeó con sus fuertes brazos.

Sus labios eran como el más dulce vino, no quería despegarme de él. La pasión abrasadora y el amor era algo que podía sentir al mismo tiempo.

Estando entre sus brazos, me olvidaba de todo.

— ¿Serás solo mía?

—Si así lo quieres, mis ojos solo te miraran a ti. Mi cuerpo solo te pertenecerá a ti, como tú también debes ser solo mío.

©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora