©𝕯𝖆𝖘𝖍𝖆. PARTE I

🥀 EPÍLOGO 🌹

DASHA
Hoy era la boda del rey y muchos de los invitados (lores y duques de toda la región) estaban ansiosos esperando que aparecieran los novios, estábamos en campo abierto, habían preparado un altar para los novios. El fuerte aleto como tormenta se escuchó en el aire y el rey descendió apareciendo sobre su poderosa montura, su feroz dragón negro.

Alanna se removía intranquila entre mis brazos, mi pequeña crecía con cada día que pasaba, no parecía ni siquiera una niña de solamente un año. El rey camino hacia el altar, elegante, atractivo y fiero esperando a su bella novia. Cuando por fin fue el turno de Selina para aparecer no se quedó atrás,
Selina se veía tan hermosa y el rey no podía estar más embelesado por aquella hermosa criatura. Sabía que ellos dos eran perfectos para estar juntos, el rey necesitaba un esposa justa que no alimentara sus deseos de guerra, sino una que lo guiara por un sendero de dialogo en busca de la paz. 

—Sí, quiero.

—Sí, quiero —dijeron poniéndose los anillos mutuamente y cuando el padre bendijo su unión todos gritaron y aplaudieron felices.

El rey dragón ya había encontrado a su reina de dragones.

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En el gran banquete nupcial había risas, música y mucha comida. Pude obtener un pequeño momento a solas con la nueva reina. En Selina no había ni un solo rastro de la joven temerosa y asustadiza que había sido en el pasado, ahora era una mujer segura y determinada.

—No habido día en que te vieras más hermosa que ahora Selina. —ella me abrazó.

—Gracias Dasha.

—¿Por qué?

—Por ser mi amiga, por enseñarme a no tener miedo de mi misma… Por ayudarme a conquistar al hombre que amo. —sonreí.

—No hice nada muchacha, tu sola pudiste conquistar al rey con esa viveza que te negabas a mostrarle al mundo. Aunque tengo una duda, ¿ahora debo referirme a ti como majestad o prefieres mi reina?

—Para ti siempre seré Selina, tu amiga. —nos volvimos abrazar.

—Tu matrimonio será feliz y próspero, te lo aseguro.

—Si tú me lo dices lo creeré, todo lo que dices se hace realidad —bromeo haciéndonos reír.

La tímida muchacha ya había dejado de temerle al mundo y ahora dejaba salir su voz. No me equivocaba con ella, Selina será una gran reina. Rememoro mi historia y me doy cuenta de que tuve que sufrir, llorar y perder a tantos a los que amé para llegar aquí. Me llena de melancolía pero vuelvo a ver Barr, a mi pequeña Alanna y me olvido por pequeños instantes de todo ese doloroso pasado y el amor que llegó a mí con traición y dolor.

No planeo vivir mi vida lamentándome por todo lo que pudo haber sido, ahora tengo un presente que promete un futuro maravilloso y no voy a desperdiciarlo.

Fin