REGLAS PARA ENTENDER MEJOR A LOS FANTASMAS (por Laurel Adams)
1. Los fantasmas no atraviesan paredes. En realidad, no puede atravesar nada (lo cual es fantástico, porque significa que puedo ducharme sin correr ese riesgo)
2. Los fantasmas no se cansan. Puede estar de pie todo el tiempo, aunque le gusta sentarse en el alfeizar de la ventana
3. No pueden dejar la casa. Dice que ya lo ha intentado varias veces, aunque todavía no lo entiendo mucho.
4. Tampoco pueden flotar. Y sus pies están perfectamente alineados. Aunque no hace ruido cuando camina (es un tanto extraño)
5. Los fantasmas odian el desorden. Se la pasa quejándose de las cajas que aun no desempaco porque le obstruyen el paso.
6. En realidad, se quejan por todo. Y nunca cierran la boca.
—¿El término fantasma resulta ofensivo para ti?
—Preferimos el término espíritu no reclamado―su voz me llega desde la sala mientras yo continúo con la vista fija en el papel amarillo donde escribo.
—¿Ese humor vino con la muerte o siempre fuiste así de molesto?
—Vino con la muerte―responde―. Antes de eso no dependía demasiado de él.
—¿No? ¿Con qué te defendías a la hora de relacionarte con alguien?
—Con mi atractiva apariencia.
—Já. Eso no habría funcionado conmigo—miento.
―¿Tú crees? ―Harry se levanta del sillón y afinca sus codos al otro lado de la encimera de la cocina. Sus dos manos forman una V frente a él y acuna su cara entre ellas―. Porque yo creo que habría funcionado perfectamente.
Aparto la libreta a un lado y adopto la misma posición que él. Ambos nos miramos por un largo rato con cierta diversión en el aire.
Imagen: pierde el que parpadee primero.
―Nah―digo después de un momento―. No eres mi tipo.
Levanta una ceja inquisitiva―: ahora soy curioso. ¿Cuál es tu tipo, querida Laurel?
―Apuesto a que te mueres por saberlo―hago una pausa―. ¿Entiendes? Porque estás muerto.
Me destortillo de risa mientras él voltea los ojos y bufa.
―Espero que no te dediques a la comedia, Laurel―aunque termina por reírse un poco al final―. No creo que llegues muy lejos con ello.
― Yo creo que pudiera inspirar todo un stand up acerca de mi experiencia viviendo con un fantasma.
―Espíritu no reclamado―corrige.
―Lo que sea―me río.
―¿Y bien? ―me mira expectante― ¿Dónde está la descripción de tu tipo ideal? Estoy esperando.
Me remuevo en la silla y luego me levanto. Abro la alacena en busca de comida y bufo molesta porque todavía no he hecho propiamente la compra. Llevo casi una semana viviendo aquí y no he hecho nada más que desempacar algunas cosas y bromear con Harry. Sobretodo lo último.
Me parece increíble lo fácil que me resulta hablar con él. Eso nunca había pasado antes, ni siquiera en la escuela. La única persona con la siempre me he sentido cómoda ha sido con Beth, mi hermana. Incluso me costó un poco adaptarme a la presencia de Ryan cuando llegó a nuestras vidas. Supongo que simplemente no soy muy buena para eso de hacer amigos.