Samantha
El día amaneció con Julieth obligándome a irnos a un spa, que fui casi arrestada a ir. Nos recostamos en un sillón mientras nos hacían la pedicura.Necesitaba despejarme y necesitaba no pensar más en esa jodida frase, maldito él y maldita yo que aún sigo con la piel de gallina por lo que salió de sus labios. ¿Por qué diablos me tiene que afectar tanto? Pienso.
—Sam, deja de pensar en él y relájate.
—No estaba pensando en él —miento—. Solo estoy en mi mundo. Es más, cuéntame de ti.
—¿De mi?
—Sí, ¿Qué tal el viaje? No hemos tenido tiempo para de hablar de ello.
—Bien... —dice y aparta la mirada de mí—. Normal, no sé.
—¿Normal?
—Sí, fueron sólo unos asuntos que resolver.
—¿Y supiste algo de Logan? —la miro pícaramente—.
Se levanta antes de que termine la chica con su trabajo.
—Me apetece algo de beber, ¿Quieres algo? —dice casi huyendo—. Tranqui, yo te traigo tu smoothie favorito.
—De acuerdo... —la miro extrañada mientras se va—.
No sé que le pasa a esta ahora, pero no le doy importancia ya que será el jetlag, viajar tantas horas estresa. Mi teléfono comienza a sonar y lo trato de silenciar, pero de reojo veo de quién es.
Nathaniel
Pasé la noche en la finca, después de lo que ocurrió con Samantha, no estoy como para volver y discutir la estupidez que solté. Me pongo a trabajar en la contabilidad de la ciudad y en mejorar los puntos débiles que hacen que gastemos en estupideces. Hay un gran derrochamiento después de haber pasado por las manos de los Borris.Como todo ellos, que no son más que una plaga de basura que solo sabe dañar las cosas.
Termino mi trabajo, cogiendo el coche que dejé en el garaje.
—Lorre'l, creo que deberíamos de hablar —me frena mi consejero antes de salir de ahí—.
—Adelante.
—Creo que debería de ser en un lugar más privado.
—Ahora mismo no tengo tiempo y he terminado mi jornada laboral, tengo otras cosas de las que ocuparme.
—Noté que sabías algo sobre la persona que irrumpió aquí, sabe que puede confiar en mi si está cubriendo a alguien.
—No lo estoy haciendo.
Podría decir quién es y que se la llevaran, pero eso me daría una suma de papeleo y juicios a los que aborrezco en total cantidad, su demencia igual le da para matarse sola, con lo que lo único preocupante son sus celos enfermizos. En el momento que se le vaya de las manos acabaré actuando como yo sé.
—¿Está usted seguro?
Cierro la ventana y arranco ignorando su presencia. No me gusta que me estén interrogando cosas que no le incumben.
Sigo con la vista al volante pero las ganas me matan y marco el número de Samantha, necesito escuchar su voz.
Samantha
Miro el teléfono que tengo en mis manos y cierro los ojos, para decidir si contestarle...quiero contestarle.Pulso el botón verde que hace que el tiempo comience a contarse.
N[—Samantha]
Quiero responder pero mi móvil acaba siendo empujado y cae en el cubo de agua donde tenía puesto los pies.
—¡Lo siento! —dice poniéndome el smoothie en la cara—. Ya los traje.
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Amar hasta quemar
Romance~"Á𝔪𝔞𝔪𝔢 𝔥𝔞𝔰𝔱𝔞 𝔮𝔲𝔢𝔪𝔞𝔯𝔫𝔬𝔰 𝔢𝔫 𝔢𝔩 𝔦𝔫𝔣𝔦𝔢𝔯𝔫𝔬". Los polos opuestos se atraen, pero los que arden y juegan en el mismo nivel se desean hasta permaneciendo en el infierno. ¿Quién dice que los que son de la misma astilla no combi...