Prólogo.

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Lucius Malfoy siempre supo que su hijo era diferente.

A diferencia de otros bebés Draco no lloraria o haría alboroto a menos de que fuera últimamente necesario, en su lugar tan solo observaria el lugar donde se encontraba, o a las personas a su alrededor, a veces movería sus pequeños dedos de forma tan delicada y con tal coordinación que Lucius dudaba que un bebé debería tener.

Cuando los meses comenzaron a pasar y su hijo aún no decía palabra, o mejor dicho parecía ni siquiera querer intentarlo, lo llevaron con todos los sanadores y especialistas que pudieron encontrar, pero todos llegaron a la misma conclusion: no había nada de malo con Draco y probablemente hablaría cuando así lo quisiera.

La respuesta no fue satisfactoria ¿que pasaba si decidía nunca hablar? ¿Como haría hechizos sin hablar? Una parte de él tan solo quería forzar a su hijo a hablar, pero algo en esos ojos grises tan parecidos a los suyos siempre le haría detenerse... Tal vez debería tener fe en su hijo.

A los tres años Draco en lugar de hablar, comenzó a hacer gestos con sus manos para luego ver de forma expectante a las personas a las que se dirigía como si esperara una respuesta, después de mucha investigación, resultó que lo que su hijo infante estaba realizando era lenguaje de señas.

Lo que creaba una pregunta totalmente distinta ¿dónde su hijo de tres años aprendió lenguaje de señas?

Nuevamente fueron con todos los especialista y esta vez si pudieron darle una respuesta.

Su hijo tenía memorias de una vida pasada, lo que llevaba a la conclusión de que probablemente en su otra vida Draco era mudo, razón por la cual en lugar de intentar hablar utilizando su boca, usaba el lenguaje de gestos.

Si tenía que ser honesto consigo mismo Lucius no sabía que pensar al respecto, según lo que él especialista le explicó, todo el mundo reencarnaba, pero no todos eran capaces de retener memorias, al menos no memorias tan claras como la de su hijo, por lo general se retenían breves sentimientos asociados a lugares o situaciones creando lo que los Muggles conocían como Deja vu, cuando creían ya haber experimentado una situación similar antes sin saber cuando.

Por ahora Lucius era feliz pudiendo escuchar a su hijo hablar, claro después de explicarle que de hecho no había nada malo con su voz y podía hablar si lo quería.

— Vamos amor, tu puedes. — Dijo Narcissa incentivando a su hijo a decir su primera palabra, y este hizo una mueca.

— Cualquier palabra está bien. — Añadió intentando parecer calmado, pero en realidad estaba ansioso por escuchar la voz de su hijo y secretamente deseando que su primera palabra fuera "Padre" o "Papá" no era muy exigente.

— ¿Ya dij—

— ¡S-Severus! — exclamó el pequeño corriendo hasta su recién llegado padrino dejando a sus padres atrás.

Ni Lucius ni Narcissa alguna vez admitirán que hicieron un puchero decepcionados antes la clara preferencia de su hijo, y Severus tampoco admitirá haber sonreído con calidez al pequeño.

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Narcissa estaba divertida viendo a su hijo recorrer las calles de Londres con interés y curiosidad. El especialista les recomendó estimular la memoria de Draco, asegurando que era más saludable que recuperará la mayor cantidad posible como niño que cuando fuera adulto o adolescente ya que podría causar un conflicto con su percepción del "Yo" entre otras cosas.

Gracias a que el lenguaje de señas que su hijo usaba — y que ahora todos en la mansión sabían incluyendo a Severus, porque aunque ahora Draco hablaba los viejos hábitos morían difícil, y Draco favorecía el uso de sus manos por sobre el de su voz — era inglés, británico, al menos en su mayoría, sabían que al menos su hijo fue inglés, por lo que Londres fue un buen lugar para comenzar a buscar memorias, y era una buena oportunidad para pasar tiempo juntos.

Aunque... Aún había algo que le hacía ruido, su hijo aún reaccionaba con asombro a la magia... Lo que podría indicar que en su vida pasada fue un Muggle, y aunque eso estaba atrás, Narcissa no estaba segura si Lucius podría aceptar esto una vez se diera cuenta, sin mencionar la diferencia cultural que podría separarlos de su Draco una vez recuperará la gran de parte de sus recuerdos.

¿Que pasa si en su otra vida fue uno de esos horribles Muggles que creían que la magia era obra del diablo? Narcissa no estaba segura de que podía hacer como Madre.

— ¿Narcissa? — Pregunto Lucius al notar la callada y ella Parpadeo.

— Yo... — Murmuró notando que su hijo ya no estaba delante de ella. — ¿Donde está Draco? — Pregunto en ligero pánico que se estaba convirtiendo en total pánico al no encontrar a su hijo y pronto su Marido se sumó a la búsqueda.

— No puede haber ido muy lejos. — contestó viendo alrededor, las calles estaban casi vacías, y sólo habían algunas tiendas, miró un poco más y dentro de una de las tiendas vio una mata de cabello rubio platino como el suyo. — Ahí. — Señaló la tienda y pronto ambos se apresuraron a entrar.

Narcissa miró a todos lados dándose cuenta que el lugar era una tienda de música, y que por lo tanto estaba llena de instrumentos, pero aún no veía a su hijo.

— Si buscan a un pequeño de cabello rubio, fue al final de la tienda, dijo que estaba buscando el piano. — Indicó el cajero y no tardaron en seguir sus indicaciones.

— Dra—le intentó llamar Narcissa hasta que vio a su hijo mover sus dedos con suavidad sobre las teclas del piano.

Con una larga bocanada de aire, cerró los ojos y al soltar el aire, comenzó a tocar. Era una suave, pero hermosa melodia, y mientras sentía como la canción traía toda clase de sentimientos, felices, tristes, melancólicos, Narcissa lo supo.

Quizás su hijo fue un Muggle en su otra vida, pero siempre fue mágico.

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A los ocho años Draco sabía bastantes cosas sobre quien era y sobre quien fue.

En esta vida, su nombre era Draco Malfoy, hijo de Lucius Malfoy y Narcissa Malfoy anteriormente Black. Venía de dos de las más prestigiadas, antiguas y famosas familia de magos de Europa, y era heredero de al menos los Malfoy.

Su casa era una mansión rodeada por pavos reales albinos, tenían elfos domésticos con los que disfrutaba conversar y jugar, y un Padrino que trabajaba en Hogwarts como maestro.

De su vida pasada sabía, que perdió la voz cuando era pequeño, los detalles no estaban claros, pero recuerda que fue una gran pérdida, hasta que su abuelo le enseñó a tocar el piano, y encontró su voz de nuevo.

Fue pianista y tocó en varios lugares del mundo para varias sinfonías y orquestas, y a veces por su cuenta, era una muy buena pianista y tenía o tuvo muchos premios que lo demostraban.

Y también recordaba haber visto a su hermano —después de regalarle el juego — jugar Hogwarts, una historia de amor y magia!

Oh... Y también en su vida, era una mujer.

Así que, sip, a los ocho años Draco Abraxas Malfoy tuvo su primera crisis existencial.

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Nota: Lo prometido es deuda y aquí está el primer capítulo mi fanfic de Harry Potter con portada hecha por TheLittleKat la amo! Muchas gracias! No habría podido hacerlo sin tu ayuda.

Aviso que al principio todo será suave porque Draco es pequeño, pero más adelante se vendrá la diversión, puede o no puede que Draco haya sido una mujer de vida alegre en su otra vida y tenga planeado volver a serlo!

Arriba está la canción que interpretó Draco, en serio es una de mis favoritas, simplemente hermosa.

Por hoy y mañana los capítulos serán gratis pero ya luego les pediré comentarios~

Gracias por leer, los amo!

It Was Really Not that Kind of Game. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora