El nuevo mundo.

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Ilvermorny era todo lo que Draco alguna vez soño que una escuela mágica debía ser y mucho más.

La primera semana paso como un sueño. A diferencia de Hogwarts donde las casas prácticamente te definían como persona y a tus futuras amistades, en América a pesar de las diferentes casas eso no detenía a nadie de hacer amigos de otras casas, de hecho la escuela apoyaba la mezcla entre las distintas clases y en la mayoría de las clases participaban futuros magos de todas las clases.

Incentivando la diversidad de sus estudiantes Ilvermorny brillaba.

También estaba el hecho de que tampoco existía una clara diferencia entre los pura sangre, los mestizos y los nacidos de muggles.

Aquí Draco, no era solo el heredero Malfoy.

En América Draco era libre para ser Draco.

Y eso se sentía bastante bien.

El único problema fue que después de un mes, Draco choco con una pared —  metafóricamente hablando por supuesto un Malfoy jamás haría algo tan indigno como darse contra una pared — debido a que la mayoría de sus planes los hizo con la mentalidad de Maze, no con la de Draco.

Y a diferencia de Maze, quien necesitaba controlar los mayores aspectos de su vida y entorno posibles, Draco prefería ir tan solo con la corriente.

Pero de nuevo el problema radicaba en que ahora que había decidido dejar el piano por un tiempo, Draco no sabía con que llenar el vacío.

— ¿Porque comenzaste a tocar el piano en primer lugar? — Preguntó Tom tomando una demasiado grande taza de café como para ser saludable, pero Draco entendía la necesidad de cafeína y debido a su propia adicción a la cafeína no era nadie para juzgar.

— Mi abuelo me enseñó, era una buena forma para expresarme. — Contesto de forma honesta.

Ser muda no era fácil, el porcentaje de la población mundial que sabía lenguaje de señas era extremadamente bajo, y tener que escribir todo el tiempo para darse el tiempo podía resultar agotador, por eso amaba el piano.

Fue una forma de recuperar su voz perdida y de paso hacer entender a otros lo que estaba sintiendo.

Además, le gustaba la adrenalina que recorría su cuerpo cuando el público le aplaudía y reconocían su trabajo.

— En ese caso, tan solo debes buscar una nueva forma de expresarte. — Dijo Tom con una pequeña sonrisa y Draco parpadeo.

Una nueva forma de expresarse.

Ese sí parecía un buen punto para iniciar.

— Sabía que me gustabas por una razón. — Sonrió Draco tomando su te.

— Pensé que te gustaba por mi atractivo. — Contesto con algo de diversión Tom luciendo mucho más como el joven de su edad que era en lugar del joven atormentado lleno de odio y resentimiento que conoció en Hogwarts.

Ah, América era una mayoría para todos al parecer.

— Eso también. — Río Draco negando suavemente, viendo a su amigo sonreír levemente de forma natural.

Definitivamente Draco prefería Ilvermorny sobre Hogwarts cualquier día de la semana.

.

En su búsqueda por algo nuevo que le motivará, Draco volvió a la música aprendiendo a tocar todo tipo de instrumentos que pusieran delante de él.

El violín fue uno de sus favoritos para ser honestos.

Pero aún se sentía... Mecánico, tocar instrumentos nunca represento un desafío para él, era algo que se le daba natural y como un Malfoy lo que Draco ansiaba era un desafío, algo que lo llevará al límite y le dejara pidiendo más sin importar lo difícil que fuera.

It Was Really Not that Kind of Game. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora