01. De vuelta a casa

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Marinette.

El despertador suena, son las 12:30 pm, no quiero abrir los ojos, estoy agotada, llevo 2 días preparando todo para este momento, y a pesar de ser más de medio día no quiero levantarme.

Somnolienta me dirijo al baño, debo ducharme, vestirme y almorzar, el taxi llegará pronto y no puedo hacerlo esperar.

El agua caliente me provoca pesar, en lugar de despertarme siento más sueño, cierro la llave, salgo de la ducha envuelta en una toalla, me pongo la ropa interior, rosa con encaje blanco, es linda, tierna, no necesito llevar nada sexy a donde voy, es más, hace tanto que no llevo nada sexy.  Me pongo jeans, una blusa rosa y mis botas de invierno, es diciembre y aunque aún no ha llegado la primera nevada el frío se ha incrementado.

Odio este clima, siempre termino enferma y en cama, además de sola.

Me sirvo café, preparo huevos revueltos y pan tostado. Lavo mis dientes y me siento en el sofá, con el teléfono en la mano. De pronto vibra, es un mensaje.

- Estoy tan emocionada, no puedo esperar para verte…

Bueno, por lo menos alguien se siente feliz este día.

La aplicación del taxi me envía un mensaje, está a una calle, por lo que es momento de bajar.

Dos maletas, un bolso de viaje y mi mochila salen conmigo de ese apartamento que, durante los últimos 6 años, fue mi casa. Doy una última mirada, asegurándome de no olvidar nada, me despido del lugar y subo al ascensor.

Bajo hasta el lobby del edificio, ubicado en el centro de Manhattan, en New York.  Me mudé a Estados Unidos a estudiar la Universidad, cuatro increíbles años, después un postgrado por un año más, y por último, otro año estudiando fotografía.

Hice todo para retrasar este viaje. Pero ya no puedo más, debo volver, aunque no sea lo que quiero, debo hacerlo, además mi visa de estudiante esta por vencer.

El taxi llega, el chofer me ayuda con el equipaje, subo y partimos rumbo al aeropuerto. El JFK es un gran aeropuerto, con miles y miles de personas transitando por los pasillos.

Busco el mostrador de documentación, pregunto a un guardia quien me orienta hacia donde debo ir. La fila es interminable, o al menos así me parece.

Recuerdo el día que partí de casa, con 18 años, emocionada y triste, justo los mismos sentimientos que tengo ahora.

La fila avanza, voy a la mitad, calculo que estaré por lo menos otros 20 minutos formada. Tres horas para documentar y llevo perdida en esta fila ya una hora.

¿Por qué no compre un boleto de primera clase? Podría estar formada en la fila VIP, esa donde solo hay 5 personas, esa donde…

¡¿Qué?!, es…, no, no puede ser, se supone que está en Europa, pero…, ¿si es?...

Miro al chico formado en la fila VIP, se parece mucho a…, mismo tono de cabello, mucho mas alto, aunque es delgado, lleva pantalón y zapatos café, una gabardina que le llega debajo de las rodillas.

Si pudiera verle el rostro…, si pudiera corroborar que es él…

¿Qué haría?, saludarlo, ¿y si no me recuerda?, finalmente en 6 años he cambiado. Soy un poco más alta, sigo delgada, aunque mi cuerpo se desarrolló, tengo mi atractivo, o eso me dicen los chicos. Mi cabello lo llevo suelto, me teñí las puntas de violeta (sigo pensando en lo que dirán mis padres cuando me vean). Vaya, estoy en el final de la línea, soy la siguiente en pasar, mmm, casi 20 minutos admirando a un desconocido imaginando que es…

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora