03. Adrien... Chat... Te amo!! (Lemon)

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Adrien

Nino me llama, de nuevo, tengo siete llamadas perdidas, ¿Por qué no entiende que no quiero responder?, estoy molesto, no quiero ver a nadie, no me interesa nada.

Mi teléfono suena de nuevo, pero es un mensaje, parece que Nino se hartó de marcar y optó por mandar un texto.

- Amigo, al rato habrá una fiesta de bienvenida para Marinette, vuelve a la ciudad, ojala puedas ir, le va a dar mucho gusto verte…

Si claro, verme le dará gusto, no le importo dejarme, ¿Por qué va a querer verme?

Aviento el celular al sofá, me siento en la silla del comedor, Marinette vuelve a Paris, después de tantos años, quiero verla, necesito verla, pero, ¿y si ella me odia?, ¿y si no quiere verme?

Ella se fue y me enfadé tanto que no quise ir a New York, pude haber estado con ella por lo menos dos veces al año, pero, solo le di pretextos, al final ella dejó de buscarme. Tal vez hasta dejó de amarme.

Enojado y frustrado decidí salir con Lila y Chloe, mas que salir, me acostaba con ellas, estuve así por alrededor de diez meses, hasta que un día me harté de ellas y no volví a buscarlas. Lila se mudo a otra ciudad, Madrid creo, y Chloe, bueno ella me sustituyó por Félix, mi primo, que mas da, no me importaba así que, si mi primo quería estar con ella, era su problema.

Me encerré en mi apartamento, me alejé de todos, –que Paris se vaya al carajo–, pensé.

Hasta que el maestro Fu habló conmigo, debíamos encontrar otra Ladybug, me negué, nadie iba a ocupar el lugar de mi chica, de mi Lady, yo solo defendería la ciudad, ¿Qué tan difícil podía ser?

Lo fue, al principio, pero me sirvió para ocultar mi dolor, para pasar el tiempo. Mi padre me insistió para que volviera a modelar, me negué hasta que finalmente se cansó, mandó por mi primo a Londres y ocupó mi lugar. No me importó, nada tenía sentido si no tenía a Marinette conmigo, nada valía la pena…, mantenía la ciudad a salvo para ella, para que cuando volviera se diera cuenta de que había hecho un buen trabajo. En ocasiones la amaba y en otras, la odiaba. Quería estar con ella y a la vez no. Mi vida estaba revuelta.

Ella regresó, finalmente, después de 6 años, ella regresó.

Salgo a patrullar, debo alejarme de ella, de su casa, no quiero verla, pienso mientras brinco por los tejados. Llego a un edificio cercano a su casa. ¿Qué hago aquí?, debo irme, mi cuerpo no se mueve, no despego la vista de la puerta de entrada. Veo el auto de Alya. Se estaciona, Nino está esperándola en la entrada, se acerca al coche, la cajuela se abre, empieza a bajar el equipaje. Mi corazón late tan fuerte que siento que va a salir por mi pecho, aprieto mi bastón, no parpadeo, de pronto baja.

Ahí está, hermosa como siempre, de jeans y un gran abrigo, abraza a Nino, siento celos de mi amigo, debí ser yo quien la recibiera, debí ser yo quien le ayudara a entrar a su casa.

Se ríen, Nino toma la maleta mas grande, Alya la pequeña y Marinette la mediana, entran a la casa. Quiero acercarme, pero no puedo correr el riesgo de ser descubierto, un grito llama mi atención, con pesar dejo el tejado en el que estaba para ir en auxilio de la persona dueña de la voz.

No tardo mucho en encontrar la procedencia del grito, es a dos calles de donde me encontraba, es una chica pelirroja, lucha con un hombre por su bolso, él trata de arrebatarlo y ella jala.

El hombre la empuja, llego justo a tiempo para evitar que la chica caiga. El hombre me mira, con miedo arroja el bolso a la acera. Lo entrego a la chica que me da las gracias, le sonrío y me despido, voy tras el sujeto que me hizo separarme de la casa de mi chica.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora