39. La novia

1.1K 65 4
                                    

Marinette

—¡Marinette te dije claramente que debías descansar!, no puedo creerlo, ¿ya viste la cara que tienes?, ¿así pretendes presentarte el día mas importante de tu vida? —

—Alya no exageres... si dormí... como tres horas, pero si dormí... estaba muy ansiosa, cerraba los ojos pero el sueño no llegaba— digo defendiéndome del regaño que mi amiga me está dando.

La verdad es que fue muy difícil conciliar el sueño, los nervios no me abandonaron en toda la noche, incluso llegué a sentir ansiedad, la cual no puede invadirme porque siempre que pasa termino desmayada.

Para relajarme un poco mamá contrató el servicio de spa para novias que proporciona el hotel donde se llevará a cabo la ceremonia, ya que por ser la novia prácticamente me obligaron a quedarme en este lugar.

Aún con el masaje no pude dormir adecuadamente, aunque debo reconocer que las mascarillas hicieron maravillas en mi piel, que a pesar de la falta de sueño se ve radiante.

Alya llegó hace 10 minutos y no ha parado de regañarme, me hizo entrar a la ducha y es ahí donde me encuentro en este momento, me doy prisa porque no quiero seguir escuchándola además Kendra, la maquillista y Carlo, el estilista, llegarán en 20 minutos para dejarme lista para la boda.

¡Mi boda!, no puedo creerlo, finalmente el día llegó, voy a casarme con el amor de mi vida, porque Adrien es el amor de mi vida, si los años separados no pudieron hacer que lo olvidara es por algo.

Lo amo tanto, con todo y que a veces exagera en lo protector, siempre esta para mí, hacemos un buen equipo, en todo nos apoyamos, no podría desear un mejor hombre a mi lado.

Envuelta en una toalla salgo a la habitación, donde la sexy lencería blanca me espera en la cama, sostén con transparencias y tanga que tapa solo lo necesario, liguero con pequeños moños color azul y medias en tono blanco, todo comprado por Alya, mi dama de honor.

Me coloco las prendas y me miro en el espejo, la tela se adhiere a mi cuerpo como una segunda piel, estoy segura que no se notará en ninguno de los dos vestidos que usaré.

Así es, dos vestidos... Emily mando elaborar un vestido para la ceremonia y otro para la fiesta.

El primero es blanco, con cinturón ancho de la misma tela colocado debajo de mis pechos, de encaje y hombros caídos, con velo y cola.

El segundo es color marfil, recto, aunque no tan pegado al cuerpo, ligero para permitir el movimiento.

Nada es demasiado para la novia de mi único hijome respondió Emily cuando quise evitar el gasto excesivo de los vestidos.

Kendra y Carlo han llegado, ahora en bata, estoy sentada dejando que ambos hagan su magia, vienen con dos chicas que se encargan de mis manos y mis pies, hicieron que me quitara las medias para poder trabajar con mis piernas y pies.

Tocan a la puerta y Alya se encarga de abrir, es mamá quien de lejos me saluda, me dice que papá esta desayunando en el restaurante mientras ella se prepara para la boda.

En ese instante llegan dos personas más, la habitación se vuelve un caos, puedo notar que dentro de todo existe el orden, manos van y vienen, voces dando instrucciones mientras mis ojos permanecen cerrados, solo siento las brochas y pinceles recorrerme, además de los movimientos que hacen con mi cabello.

Dos horas y media después parece que han terminado. Alya y mamá se han colocado sus vestidos, el de Alya es rosado, y el de mamá es azul.

Ambas lucen preciosas, no paran de reír y hablar, otro golpe en la puerta llama la atención de todos, mamá abre dando paso a Rose, que con un vestido igual al de Alya luce hermosa, ella es mi dama también.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora