34. El juicio

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Marinette

Trato de mantenerme tranquila, estamos en el restaurante comiendo, no nos encontramos lejos del juzgado por lo que tranquilamente gozamos de una hora para comer y platicar.

Sabemos que tengo las cosas a mi favor en el juicio, a pesar de todo, siento nervios de volver a ver a Félix, desde la noche en el bar no nos hemos vuelto a encontrar, al parecer la denuncia sirvió para alejarlo de mí.

No sé aún como comenzar a hablar de los síntomas que tengo, por lo que he evadido el tema durante un buen rato.

—Bueno Marinette, ahora sí, dime, ¿Qué es lo que te tiene preocupada?, ¿de qué querías platicar conmigo?—

No puedo posponer más la charla, con cierto temor observo a Adrien. Él lo nota, toma mi mano y la acaricia con su dedo pulgar, intenta transmitirme confianza para hablar.

Carraspeo un poco, bebo un trago de agua, sonrío nerviosa y me dispongo a hablar.

—Adrien... yo... lo que pasa es que...— suspiro, no entiendo porque es tan difícil decirle a Adrien lo que creo que me pasa.

—Princesa, tranquila, no creo que sea tan malo que no puedas decirlo— sonríe y me acerco a besarlo.

Respiro tratando de tranquilizarme, finalmente lo logro, "por favor Marinette, no es como si fueras a terminar con él o algo parecido" me reprendo mentalmente.

—Gatito, tengo algunos días sintiéndome rara... es decir, tengo mareos... nauseas, un poco de agotamiento...—

Adrien me mira atento, me permite continuar hablando sin interrumpirme.

—Yo... he considerado dos cosas para lo que me pasa... la primera es estrés, tengo mucho trabajo, además patrullamos juntos, esta lo del juicio y las actividades extras que llevo por lo de nuestra empresa, los cursos y las reuniones para levantarla...—

Adrien asiente con la cabeza, permanece callado, no se que pensamientos cruzan por su mente y eso me asusta un poco.

—La segunda es que... bueno yo... tal vez... y solo estoy diciendo tal vez, no lo estoy asegurando... tal vez yo...—

—¡Estés embarazada!— me interrumpe Adrien al entender hacia donde llevaba mi explicación.

Bajo la mirada, siento que las lágrimas están por caer, —Si...— es todo lo que puedo decir.

—Hey, Princesa, mírame— me dice Adrien mientras levanta mi cara delicadamente, el contacto de su mano con mi piel es suficiente para que las lágrimas que intentaba contener se derramen por mis mejillas.

—¡Nena, amor, no llores!, ¿Marinette que sucede?— Adrien luce preocupado, me toma de las mejillas y acaricia mi cara.

—¡Princesa, no pasa nada, créeme!— comienza a dejar pequeños besos en mi cara, yo paso de llorar a reír, aunque las lágrimas aún salen ya no me siento triste.

—Adrien, ¿Qué vamos a hacer...?, si estoy embarazada... ¿Qué haremos?—

—Marinette, ¡pues vamos a ser papás!, amaremos y cuidaremos de nuestro pequeño o pequeña... Princesa, no pasa nada, es algo normal tomando en cuenta que somos un par de...—

—¡Adrien no lo digas!— lo reprendo.

—¿No estas molesto o preocupado?—

—¿Por qué estaría molesto?... Sé que no es algo que hayamos planeado, pero no tendría por qué enfadarme. Es decir, somos una pareja estable, planeamos casarnos, y un bebé es algo maravilloso, por lo menos para mí... Marinette, nada me haría mas feliz que tener un hijo contigo, no somos unos adolescentes, ambos trabajamos, tenemos un lugar donde vivir... Sí, en caso de que estés embarazada tendremos que modificar algunas cosas, pero nada que no podamos manejar—

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora