32. Rubia (Lemon)

1.2K 55 3
                                    

Chloe

—Otra igual por favor— le pido al barman que me mira con recelo.

Si, sé que llevo 5 copas anteriores a esta, pero la necesito.

Necesito olvidar lo que ha pasado, olvidar que mi vida se ha arruinado, que no le importo a nadie.

Estoy sentada en la barra de este bar que se atravesó en mi camino hace una hora. ¿Quién me acompaña?, Jean y Claude, los guardaespaldas que mi madre ha contratado para mí, sentados en una mesa solo me observan, si alguien trata de acercarse a mí de inmediato alguno de los dos se levanta y vuelvo a quedar sola.

¿Qué pasó y por qué termine aquí?, muy sencillo. Llevo un mes saliendo en los diarios gracias a la denuncia que Marinette puso en contra de Félix. La prensa me sigue a todos lados, me preguntan si es verdad, si yo lo sabía, si aún es mi novio...

Así que mi vida está de cabeza...

Sabía que pasaría, no me toma por sorpresa, Adrien y Gabriel hablaron con mi madre en Seúl, por casualidad yo estaba entrando a la sala de juntas cuando trataban el tema, justo ese día me había levantado temprano para mantener a mi madre tranquila, ya no quería seguir escuchando como me regañaba por no tomar en serio el negocio.

Al abrir la puerta escuche a Adrien decirle a mamá que Félix había seguido a Marinette a un bar esa noche, que ella lo golpeo y que los guardaespaldas de Gabriel la sacaron de ahí.

—¿De qué estás hablando Adrien?— pregunté alterada, entonces él me explico lo sucedido... todo... desde la sesión de trajes de baño, la fiesta de verano de mi madre, el día que la acorraló en la oficina, y finalmente, lo acontecido esa noche.

Mi madre histérica me ordenó que terminara con Félix a gritos, yo respondí de la misma manera negándome a hacerlo.

Después de gritarnos, salí corriendo de la salita, solo para chocar en mi camino con alguien...

—¡Oh, lo siento!, ¿estas bien?— me dijo a lo que respondí como suelo hacerlo cuando estoy alterada, a gritos.

Le dije que era un inútil, que no se fijaba por donde caminaba y mil cosas mas, hasta que el personal de seguridad del hotel se acercó a nosotros.

Tomé de la mano al tipo y salimos del hotel, —¡ven, acompáñame!— le dije simplemente, detuve un taxi y lo obligué a subir.

El taxista nos miró, yo no hablo coreano, pero al parecer el tipo que iba conmigo si, —¿A dónde vamos?— me preguntó.

Saqué mi teléfono y le mostré el lugar, Jangseng Geongangwon en la zona de Gangnam.

—Por cierto, soy Luka— me dijo estirando la mano.

—¡Si... como sea!— le respondí.

Fuimos al bar, comimos y bebimos tanto que no recuerdo como regresamos al hotel, afortunadamente para mí, Luka, me cuidó y pago todo. Por la premura con la que hui del hotel olvidé mi bolso, solo llevaba el celular.

En fin... después de eso regresamos a Paris. Nada más bajándome del avión, corrí a ver a Félix, fue horrible.

Me gritó e insultó, según él era mi culpa que mi madre no lo hubiera protegido de las falsas acusaciones de Marinette.

Ja, ¿falsas?, no son falsas, desafortunadamente para mí, lo que dice la panadera es verdad.

No es la primera vez que Félix se mete en problemas de este tipo, de hecho, anteriormente tuve que pagar por el silencio de dos modelos respecto a una situación similar, grave error.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora