09. Nuevo Trabajo (Lemon)

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Adrien

Salgo de mi apartamento con una tonta sonrisa en los labios, conforme me alejo la sonrisa se va borrando.

–De verdad que soy un idiota, ¿en que estaba pensando cuando la invite a quedarse?–, digo en voz alta.

Por supuesto que no estaba pensando, no puedo creer que fácil es olvidarme de todo cuando la tengo cerca. Me asuste al verla en el suelo, eso es verdad, y me molesté por la facilidad con la que había llegado a mi apartamento cuando di instrucciones de no dejar pasar a nadie. Ya arreglaré eso mañana.

Ahora no puedo dejar de pensar en ella, en si la encontraré en casa cuando vuelva, y si la encuentro, ¿Qué voy a hacer?

Esta situación me esta volviendo loco. Mañana tengo sesión de fotos, debo dormir temprano pero no quiero volver a casa, no todavía. Mi padre tomó muy bien mi regreso al modelaje, no pensé que le agradara tanto volver a verme después de la forma en como abandoné el trabajo.

La charla con él fue de lo mas tranquila, me extrañó que siendo tan frío la mayor parte del tiempo me recibiera tan bien. Me hizo prometer que iría a ver a mamá lo antes posible.

La noche está muy tranquila, no he tenido contratiempos en el patrullaje. Llego a la torre Eiffel, es uno de mis lugares favoritos ya que además de ser tranquilo puedo observar la ciudad.

Utilizo el tiempo en la cima de la torre para pensar, el viento y la tranquilidad despejan mi mente. Hay varias cosas de las que estoy seguro.

Primero, amo a Marinette, no puedo seguir negándolo.

Segundo, sigo enfadado porque se fue, aunque al parecer ya no tanto, verla me ha hecho darme cuenta que puedo estar con ella sin sentirme molesto.

Tercero, la quiero conmigo, por muy difícil que sea, la quiero conmigo.

Así que he decidido que estaré con ella, que no la dejaré ir de nuevo.

Con estos pensamientos en mente vuelvo al apartamento, con la esperanza de encontrarla en casa.

Abro la ventana, con cuidado, si está ahí no quiero despertarla.

Deshago mi transformación, Plaga vuela a la cocina por queso, lo dejo, camino a mi habitación, quiero abrir la puerta y a la vez no, tengo miedo de no encontrarla, de que de nuevo me haya dejado.

–No seas cobarde Adrien, abre la maldita puerta de una vez–, me regaño mentalmente.

Giro la perilla, con los ojos cerrados entro a la habitación, cierro la puerta y volteo hacia la cama, lentamente abro los ojos y la veo.

Esta dormida en mi cama, tan hermosa, tranquila, perfecta. Está aferrada a mi almohada, lleva puesta una de mis playeras, tal como lo hacía antes cuando se quedaba a dormir en mi casa. Debo confesar que verla con mi ropa me agrada. Me quito la ropa, me quedo solo con la interior, estoy agotado, física y mentalmente, debo descansar.

Me acuesto junto a Marinette, le doy un beso en la mejilla, –descansa mi princesa–, murmuro, estas palabras me sorprenden.

Al sentirme junto a ella, se acomoda, la abrazo y sonríe. Al instante de que pongo mi cabeza en la cama me quedo dormido.

El sonido de la alarma me despierta, me muevo para apagarla, no quiero que Marinette se despierte. Al estirar mi brazo me doy cuenta que ya no esta. Me asusto de pensar que se fue sin despedirse.

Me levanto de golpe, provocándome un breve mareo, agito mi cabeza para despejarme y escucho el agua de la regadera correr. No se ha ido, esta bañándose. Imaginarla en la regadera hace que me excite, sin pensarlo dos veces entro al cuarto de baño, me quito la ropa interior y con cuidado, tratando de no hacer ruido abro la puerta de la ducha.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora