Reencuentro (+18)

38. El novio

Adrien

Los días pasaron volando, Navidad y Año Nuevo disfrutamos de la compañía de mis padres y mis suegros, que habían vuelto a Paris después de su estadía en China.

Ahora me encuentro en mi antigua habitación en casa de mis padres, donde dormí anoche ya que mamá insistió en que pasara mi último día de soltero con ellos.

Sí, hoy me caso, finalmente después de tantos meses de espera, el ansiado día ha llegado.

Plaga volaba alborotado por toda la habitación hasta que le llamé la atención, estoy nervioso, tan nervioso que tengo ganas de vomitar, nunca me había sentido así, ni modelando o grabando, incluso en mis primeras conferencias y entrevistas me mantenía tranquilo.

—Adrien, por favor, no entiendo como es que no te diviertes, vamos a una fiesta— dice Plaga emocionado.

—No puedo divertirme, entiende que este día es muy importante, ¿y si lo arruino?, ¿y si ella se arrepiente? —

Plaga me mira desesperado por mi actitud, sin decir nada vuela por la habitación hasta la cama, donde dejó el videojuego con el que se entretenía después de mi regaño dejándome solo con mis pensamientos fatalistas respecto a lo que sucederá hoy.

El problema real es que a pesar de haber advertido a mi madre acerca de la magnitud del evento, ella hizo caso omiso de lo que le dije y organizo la que ella llama "boda del año..."

Así que aquí estoy, nervioso hasta mas no poder, en espera de ir al hotel Le Meurice, lugar donde será la boda, deseando con todas mis fuerzas no vomitar de los nervios.

Debo aceptar que muero por ver a Marinette en su vestido de novia, el cual no conozco, ya que durante la estancia en Milán ambas mujeres me prohibieron acompañarlas en su visita al taller.

—Plaga, ¿viste dónde deje los anillos? — pregunto asustado.

—Los tiene Nino— me responde Plaga antes de engullir una galleta con queso y volver a enfocar la mirada en la pequeña pantalla donde juega a lanzar caparazones de tortuga desde un auto.

—¿Estás seguro?, debo hablar con él, es tan distraído que puede perderlos, o tal vez olvidarlos...—

Plaga vuela hacia mí, y antes de que pueda tomar el celular él lo sujeta.

—Adrien, ya basta, debes estar tranquilo, no vas a llamar a nadie, todo saldrá bien— me dice serio, por primera vez siento que me esta regañando.

Con mi celular entre sus manitas vuela a la mesita de noche, depositando mi teléfono con sumo cuidado.

—Plaga... ¿sabes qué día es hoy? —

—Si Adrien, sé perfecto que es tu boda, es por eso que debes estar tranquilo, nada malo pasará, te casarás con Marinette, estarán en una gran fiesta y después subirán a la suite nupcial a hacer esas cosas que tanto les gustan y que a mi me provocan asco— dicePlaga con un toque de condescendencia en la voz y exagerando los gestos deasco.

Estoy por responderle cuando unos golpes en la puerta me interrumpen. Plaga rápidamente huye a esconderse en uno de los cajones del mueble junto a la cama, el cual, estoy seguro ya abasteció de comida.

Me acerco a la puerta y abro, para encontrarme con la mirada orgullosa de mi padre, a quien le permito ingresar a la habitación.

—Hijo, ¿cómo te sientes?— pregunta papá sonriendo mientras palmea mi hombro.

—Nervioso papá, asustado, feliz, emocionado... pero sobretodo, nervioso...—

—Es normal hijo, hoy es un día especial, y créeme cuando te digo que esos nervios no desaparecerán sino hasta que la escuches decir "si acepto"—