06. ¿Lo intentamos? (Lemon)

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Marinette

Salgo casi corriendo del apartamento de Adrien, estoy nerviosa, espero que se quede dentro y no me siga, presiono el botón del ascensor, finalmente la puerta se abre y entro apresurada.

Cuando las puertas se cierran comienzo a reírme, recuerdo lo que acabo de hacer y río mas fuerte, si alguien me viera en ese momento pensaría que estoy loca.

Mi risa es nerviosa, tardo un poco, pero al final me calmo, aun no puedo creer que lo hice, pero se lo merecía, entró dos veces a mi habitación, se acostó conmigo y no fue capaz de darme una explicación.

Después de que se fue en la noche no pude descansar, estaba enojada y confundida, al mismo tiempo empecé a elaborar un plan para vengarme.

Tuve una mañana demasiado movida, Alya, mis padres y yo fuimos de compras. Papá y mamá volvieron a la panadería y Alya y yo fuimos al apartamento, ya tenía las llaves, y llevábamos las compras. Dejamos las cosas en la casa, limpiamos un poco y salimos del apartamento.

Me despedí de Alya ya que ella tenía una cita con Nino, y me dirigí a casa, en el camino chequé la dirección que Nino me había enviado, además de pedirle el número de teléfono de Adrien. No tuve que insistir mucho, Nino amablemente me proporcione el número.

Al buscar la dirección en el mapa de mi celular, me di cuenta que no estaba muy lejos de la zona, regresé hasta el edificio que marcaba el mapa como mi destino.

Me sorprendí mucho al darme cuenta que era el mismo edificio donde yo estaba por adquirir un apartamento.

Entré al Lobby, el guardia me saludo, yo le sonreí. Para mi mala suerte, o buena, aun no lo sé, el apartamento de Adrien esta junto al mío.

Subí al elevador, llegué hasta su casa y bueno, hice lo que quise con él. Creo que lo deje tal y como yo estaba anoche.

Debo aceptar que disfruto en exceso estos encuentros, Adrien es increíble en la cama, aunque la verdad no tengo mucha experiencia.

Con Adrien me atrevo a todo, no me importa lo que me pida, estoy dispuesta a hacerlo, siempre fue así, y no solo en lo sexual, en general estaba dispuesta a hacer lo que me pidiera. Tal vez por eso se molestó tanto cuando decidí hacer el trámite para la beca.

Ser Ladybug y estar con él me hacía feliz, pero necesitaba más, necesitaba desarrollarme profesionalmente. En ese entonces ser heroína parecía un juego, no contaba con la madurez necesaria para apreciar mi trabajo.

No fue fácil renunciar a ser Ladybug, a mis amigos, mi novio y la comodidad de vivir con mis padres, pero debía arriesgarme.

Ahora estoy preocupada, la excitación que tenía al estar con Adrien, se ha esfumado. Solo pienso en que voy a vivir a un lado de ese hombre que me enloquece, que acabo de acostarme con él y he salido de su casa sin dirigirle palabra alguna, y que no sé qué diablos voy a decirle la próxima vez que me lo encuentre.

Saco mi celular, busco el número de Adrien, quiero llamarlo, pero me arrepiento, ¿Qué voy a decirle?, no tengo idea.

Camino por el parque estoy por llegar a la casa de mis padres cuando lo veo, esta sentado en una banca, leyendo un libro.

–¡Maestro Fu!–, le digo emocionada.

Me mira y me sonríe, me invita con una seña a sentarme a lado de él.

–Marinette, ¿Cómo has estado?–, me pregunta.

–Bien, muchas gracias–, le respondo.

–¿Cuándo volviste?–, me pregunta, sé que lo hace porque no he ido a verlo.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora