02. Un beso

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Marinette

Bajo del avión, el sueño que tuve me hace olvidar al rubio de primera clase.

Paso migración, retiro mi equipaje de la banda y lo coloco en un carrito. Camino rumbo a la salida. ¿Quién estará esperándome?, mis padres, es seguro que sí, también Alya, pero, ¿estará Adrien?

Nunca fue a verme a Estados Unidos. Al principio nos hablábamos y escribíamos, hicimos video llamadas también, para las primeras vacaciones me dijo que su padre no lo había dejado ir. Con 19 años y aún pedía permiso, me enfadé, pero lo perdoné. El siguiente pretexto fueron los exámenes, después me dijo que no debía dejar desprotegida la ciudad, para la quinta ocasión simplemente mencionó que no deseaba ir a New York. Desde ese momento las llamadas y mensajes comenzaron a disminuir, hasta que finalmente un día, cansada de la situación, dejé de buscarlo. Año y medio de estar en otro país logró lo que Chloe y Lila no pudieron nunca, apartarme de mi novio.

Camino apresurada, quiero ver a mis padres, los he extrañado mucho, en este tiempo solo pudieron ir a verme en dos ocasiones, no podían cerrar la panadería. Volteo para todos lados, aún no logro encontrarlos.

Mis ojos se cruzan con la mirada de aquel rubio, lo observo bien, no entiendo como pude confundirlo con Adrien, se parecen un poco, es verdad, pero los ojos, esos profundos y expresivos ojos de Adrien, son completamente diferentes a los de este chico. Además su mirada es fría y calculadora.

Lo sigo mirando cuando la rubia voltea hacia mí, –¿Chloe?–, digo sorprendida.

Así que como no pudo conseguir a Adrien ahora sale con un chico parecido a él. Sonrío, me giro, pero sigo parada en el mismo lugar, alguien tapa mis ojos.

Toco las manos, es una chica, –¡ALYA!–, digo emocionada.

Volteo y la veo, se cortó el cabello, es más alta, delgada y con bonita figura, me abraza y sonríe.

Le devuelvo el abrazo, –Amiga, te he extrañado tanto–, dice en tono dramático. Si no hubiera estudiado periodismo podría haber sido una gran actriz.

–Alya no exageres, nos vimos el año pasado en verano...–, ese horrible verano en el que me dijo que Adrien vivía encerrado en el apartamento que había comprado, que siempre estaba de mal humor y que había peleado con todos, incluso con Nino.

Adrien, no puedo dejar de pensar en él, incluso en el avión, esos sueños que me recordaban lo pasado.

–Bueno Marinette, vamos, te llevaré a casa–, dice Alya ayudándome con el equipaje.

–¿Y mis padres?–, le pregunto.

–Tienes que prometerme que te harás la sorprendida cuando llegues, que no dirás que yo te conté lo que hacían, ¿de acuerdo?–.

Asiento con la cabeza. Seguro me preparan una fiesta sorpresa, como si tuviera ánimos para una fiesta sorpresa.

–Tienen preparada una fiesta sorpresa por tu llegada, me dijeron que debía decirte que tenían trabajo y que por eso no venían, pero se cuánto te desagradan las fiestas sorpres–”, me dice Alya con una sonrisita, disfruta verme sufrir, y esa es mi malvada mejor amiga.

–Está bien, no te preocupes, oye Alya…, ¿y Adrien…?–, digo sin terminar la pregunta.

–Adrien está invitado, al igual que todos, pero…, Marinette, dudo que vaya, sigue encerrado en su apartamento odiando al mundo, como ha hecho desde que te fuiste–, dice Alya tratando de cortar el tema.

La miro, me siento mal, es mi culpa que Adrien haya cambiado tanto.

–Alya, ¿y Chat Noir?–, pregunto, sé que ella tendrá la respuesta, ama estar atrás de los superhéroes, sus reportajes son, casi siempre, de ellos, de nosotros, al menos así era hasta que me fui, supongo que ahora solo se enfoca en él.

Reencuentro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora