Capítulo 26: Después de tanto tiempo.

6.3K 427 334
                                    

Últimamente, la vida de Luisita era más estresante de lo que, de por sí, ya era. Además del programa de radio desde bien temprano, tenía reuniones con la editorial, por las tardes, para ultimar los detalles antes de la presentación del libro. Estaba agotada.

En más de una ocasión, pensó en llamar a su editor y parar la publicación. A estas alturas, aún no tenía claro si debía lanzar aquella historia tan personal al mundo. Le daba vergüenza que, aunque solo fuera una persona, leyese aquello y, si se era completamente sincera, también tenía miedo. Si llegaba a manos de... no quería ni pensarlo. Aquel libro era una declaración en toda regla y no quería causar más daño.

La historia que allí contaba era tal y como ella la había vivido, pero el final...el final lo inventó, a medias. Cuando le propusieron publicar, le dijeron que debía darle un final cerrado a la historia, así que lo hizo. Quizás no eligió el mejor momento para escribirlo, recién llegada de Uruguay.

La vuelta de Montevideo fue una locura y su mente se volvió a llenar, si es que alguna vez había dejado de estarlo, de Amelia y, quizás por despecho, quizás por enfado consigo misma por haber huido de aquella manera, quizás por el deseo inconsciente de que las dos, en un futuro, pudieran cumplir por separado la dichosa promesa que se hicieron en el aeropuerto casi dos años atrás, terminó aquella historia con las dos protagonistas separadas, rehaciendo su vida con otras personas, aunque pensando, aún, la una en la otra.

Lo que sabía es que ya no había marcha atrás. El libro ya estaba impreso en papel y listo para ser publicado en formato digital y, ese mismo día, a última hora de la tarde, sería la presentación. Le esperaba un día muy largo.

Se levantó de la cama casi sin haber pegado ojo en toda la noche, se dio una larga ducha. Su móvil estaba lleno de mensajes de su familia y de sus amigos felicitándola y dándole ánimos para afrontar el día.

Eligió vestirse cómoda para el trabajo, pero se llevó ropa en una bolsa para cambiarse en la radio cuando acabara la jornada y así llegar bien de tiempo a la presentación. No sabía por qué había elegido aquella ropa, pero el vestido amarillo que le regaló Amelia el día que chocaron por primera vez, fue el elegido para aquella ocasión. Supuso que fue algo inconsciente. De algún modo, estaría con ella ese día.

Llegó a la cafetería de Javi a por su dosis diaria de cafeína.

- Buenos días, Javi – dijo nada más entrar.

- Buenos días – le contestó con una gran sonrisa.

- Me pones...

- Aquí tienes – la interrumpió el camarero y ofreciéndole un vaso de café desechable – Ya lo tenía preparado.

- ¡Ah! – dijo con sorpresa – Gracias – y empezó a buscar en su bolso el monedero para pagarle.

- No te molestes. Ya está pagado – aseguró haciendo un gesto con la mano para pararla.

- Ah...pues...gracias, Javi.

- No he sido yo – aseguró sonriendo ampliamente, antes de irse a atender a otro cliente, dejando a Luisita con la palabra en la boca.

Luisita lo siguió con la mirada, su gesto denotaba confusión. Volvió a meter su cartera en el bolso y cogió el vaso que descansaba en la barra. Dio el primer sorbo "Cafeína" pensó con los ojos cerrados y gesto de placer, al notar como el líquido caía por su garganta.

Al llegar a la radio, con su café a medias, saludó a sus compañeros con un beso en la mejilla y se puso a trabajar en la mesa. Aún quedaba para comenzar la emisión y tenía cosas que preparar.

- Luisi – la llamó Marina al entrar a la sala – ¿Repasamos ahora lo de hoy? – preguntó.

- Claro, siéntate – dijo dándole otro sorbo al café.

Después de tanto tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora