CAMPO DE GUERRA

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La pequeña veía a su padre quien la colocó con cuidado sobre la cama de ella, suspiro con fastidio le dolía que ella no tuviese un sueño grato por lo menos por una noche.

- ¿Ya llegamos a casa? –

Comento la pequeña con una mirada somnolienta y un pequeño bostezo que reflejaban su cansancio.

-Si mi pequeña, ponte el pijama y vamos a lavarnos lo dientes ¿sí? Recuerda que una princesa no es hermosa si sus dientes están sucios-

Dijo yéndose a su habitación a prepararse a dormir, luego se dirigió al baño para ayudar a su pequeña con el cepillado de sus dientes, él le tenía un banquito para que llegase a la altura del espejo, luego de ello, la arropo, pero en cuando se acostó en su cama, observo que la pequeña esperaba un permiso para dormir a su lado, Alastor no tenía corazón para negarle nada a Niffty.

-Solo por esta noche, que no se te haga costumbre lindurita-

La pequeña aún se sentía algo ansiosa con respecto a la Dra Morningstar, más cuando la dejaron en su casa le dio una tarjeta a su padre, el mismo se sorprendió, obviamente porque hacía mucho que una chica no le brindaba su número de teléfono.

-Papi ¿tú y la Dra ya son amigos? –

Pregunto algo adormilada, provocando que el castaño sonriere con ternura antes de responderle.

-Mi niña, esas cosas toman mucho tiempo, no es de la noche a la mañana-

Pronto el día llegó y el trajín del mismo no se hizo esperar, la insistencia de Niffty porque Alastor despertara le hizo caer en cuenta que debía levantarse y preparar el desayuno, almuerzo y snacks que tendría la niña durante el día, se levantó rápidamente, preparó tanto el desayuno de él como el de su hija y así como alistó su lonchera y la de ella a una velocidad impresionante, cuando llegó a su trabajo llamó a Rosie, rogándole que estuviere atenta si esa mujer no iba por su hija ella le hiciere el favor.

Pasaron las horas, Rosie estaba esperando atenta en su auto a las afueras del centro de estudio, observando si esa mujer olvidaba a su sobrina como siempre lo hacía, la pequeña se desilusionó al ver que su madre llegaba por ella en vez de su padre.

-Vamos a ir de visita al hospital-

Dijo la amargada mujer mientras Rosie hacía una llamada rápida.

-Lo siento Al, la morsa acababa de llevarse a Niffty-

Dijo con una sonrisa de mofa aquella elegante y fina mujer, amaba a su sobrina tanto como su hermano lo hacía, pero debía admitir que no toleraba a esa horrible y poco agraciada mujer.

Llegaron rápidamente a aquella clínica, observó al afeminado y se dirigió con él, con esa mirada que sentía podía traspasarlo, menos mal no existían los superpoderes.

- ¿Dónde está? -

Dijo observando a Angel Dust quién no se dejó amedrentar por la mujer bajita.

- ¿Dónde está quien sra? ¿tiene cita cuando menos? -

Volteo a ver a la dulce niña que estaba el día anterior con el "papacito".

-Hola enana, ¿hoy dejaste solo a tu papi? –

Dijo haciendo fruncir el ceño la pequeña dulzurita, le volvió a sacar la lengua, los ojos de la pequeña se iluminaron al ver llegar a la Dra, Mimzy la notó en ese justo momento.

-Sra, buenos días, justo necesitaba hablar con usted, ¿me acompaña a mi consultorio? -

Charlie fue notoriamente más rápida que Mimzy, y que por obvias razones no se permitiría un escándalo en los pasillos. Cuando estuvieron a solas, la joven le ofreció asiento a la dama robusta mientras Niffty sonreía ampliamente.

-Bueno Sra, quiero hablar sobre la desatención que su hija parece tener de usted o de su padre, como Dra solo puedo tener lo que veo cuando me traen a la niña, quiero decirle la gravedad del asunto, la niña presenta un caso leve de anemia, si el mismo no se trata a tiempo puede empeorar y llegar a convertirse en leucemia por lo que necesito que siga el siguiente horario de comidas, tendrá que aprender a cocinar, la comida rápida y las chucherías no son comida adecuada para una niña de 6, de cuyo alimento depende su sano crecimiento y desarrollo.-

Dijo de manera seria, pero Mimzy parecía ni siquiera preocuparse por ello, claro porque en su cabeza solo pasaban las imágenes de Alastor y ella, no podía dejar que un caso de la dramática esa pusiere en jaque el control que ella tenía sobre Alastor.

- ¿Por qué lo hace? ¿Acaso quiere quedar como una mártir ante mi ex marido? Por qué si lo que busca es que él le tenga en alta estima para ser su pareja déjeme decirle que no tiene oportunidad, yo no le daré el divorcio a Alastor, además como puede ver él prefiere a las mujeres con carne en los huesos, manténgase alejada de mi marido y mi hija-

Charlie le observo algo enfadada y no se iba a quedar callada, obviamente ella era más respetuosa.

-Señora lo que hago es como profesional, no para agradar a su ex esposo, la niña está en un estado de desatención muy peligroso para la edad que ahorita posee la niña, le conviene cuidarla, porque como doctora tengo la potestad de interponer una demanda para que la niña no la tengan ni usted, ni el padre de la niña, solo si encuentro situación de negligencia así que si no quiere perder "el control" lo mejor será que acate la situación y no venga aquí a ofenderme o a armarse una novela en su cabeza-

Dijo esto acercándose al oído de la dama solo para que Mimzy le oyere y nadie más.

-Tengo carne en mis huesos no grasa bajo mi piel, y no me subestime si quisiera robarle a su "esposo" ya lo habría hecho-

Dijo saliendo de su consultorio abriendo la puerta para que Mimzy saliere.

-Por cierto, aquí están los horarios que su hija debe estrictamente sobre llevar, cualquier anomalía será reporta y de su conocimiento también-

Mimzy salió de allí dirigiéndole una mirada "asesina", la había puesto en su lugar.

//En el departamento de Alastor//

-Ya puedes quedarte quieto, me llamaste para que pasemos un rato de chicos, tomar whisky y dejar de ser padre por un día y lo que haces es ponerte ansioso y ponerme de nervios-

Dijo un adulto de rasgos toscos, tez trigueña, barba, cabello negro, corto, algunos de sus mechones blancos, cejas pronunciadas.

- ¿Qué parte de esta con su madre no entiendes? además es estúpido que deje de ser padre cuando hay una criatura con tus genes andando por allí de la mano de una bruja-

Dijo un poco ansioso, temía por lo que le fuere a decir a su linda y hermosa muñequita.

-Mira, te vas a dejar de estupideces, además no es bruja es ogra, por un momento me dio miedo que se comiera a la niña, y tú vas a ir conmigo a un bar a conseguir damas-

Dijo el joven levantándose del sillón, y tomando al castaño del brazo, casi que, arrastrándolo del lugar, lo que menos esperaba es que la pediatra también se encontrara en aquel lugar al que Husk le llevaba.

¿Será acaso una señal del destino?

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