LA PEQUEÑA NIFFTY

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Mientras su padre preparaba la cena la niña estaba entretenida contándole a Charlotte su gran proyecto, tenía que hacer una pequeña maqueta de su vecindario, no era algo difícil, pero al parecer había algo para lo que Alastor no era ni medianamente bueno, las manualidades, hasta podría decir que pudo haber repetido el curso de "recortes" en el prescolar, la pequeña le contó la última vez que él le había ayudado y el cómo se había enfadado con él mismo porque nada quedo perfecto, ahora sabía que él era un perfeccionista amante del orden y del trabajo bien hecho, y el cómo habían hecho trampa pidiéndole ayuda a Husk, ya que el primero fue a dar a la basura luego de que su padre sutilmente lo quemase diciendo que "había sido un accidente", ahora ambas se encontraban bastante concentradas en el proyecto, Alastor llego hacia ellas observando embelesado a Charlie, esa rubia poco a poco se le metía más por los ojos al Castaño.

-Charlotte, Niffty, la cena ya está lista en 10 minutos sirvo, por favor lávense las manos, las espero en la mesa. -

Dijo para luego llegar a servir, las chicas hicieron lo que Alastor les había pedido, llegaron, Charlie decidió escabullirse observando nuevamente como el castaño servía la cena, incluso algo tan normal como eso, él lo hacía ver como algo magnifico como si hiciere una gran acción, verle tan serio, tan ensimismado en ese único segundo la hacía desear llegar por atrás y comenzar a besar su cuello, él que muy pocas veces queda expuesto por algún movimiento del trigueño, antes de que la encontrará con las manos en la masa, decidió sentarse a la mesa a esperar el momento en el que se sentare a la mesa con ellas, cuando lo hizo su mente no paraba de divagar sobre la pequeña a su lado, quién posiblemente necesite una figura realmente materna a su lado, además que sería obvia la necesidad de tener una hermanito o compañero de juegos, casi se atraganta al pensar en ¿Cómo se desenvolvía su anfitrión en la cama?, obviamente ajeno al pensamiento de Charlotte Alastor se alarmó pensando que moriría de asfixia hasta que la vio tomar refresco.

-Perdón, me detuve en mis pensamientos-

Dijo de manera enérgica con sus mejillas completamente rojas cual manzana, Alastor solo podía pensar en las ganas que tenía de morder esas mejillas, cuando enrojecían se le hacía bastante apetecibles, se abofeteó mentalmente por ello.

- ¿Te encuentras bien? digo has estado algo extraña el día de hoy-

Charlotte sintió como su presión bajo de golpe por el susto, ¿se habrá dado cuenta? ¿Cómo pude ser tan estúpidamente tan evidente?, algo que pudo ocultar con un.

- ¿Extraña? No, no me pasa nada Al cariño, es solo que estaba pensando cosas sin sentido-

Suspiro tranquilamente temía que algo le hubiese incomodado mientras estaba allí, luego de la cena, Niffty y ella recogieron los trastes y los lavaron, Alastor termino de ordenar la sala.

-Bien debo irme, nos vemos Al-

Dijo dándole un beso a Niffty en la frente y otro a Alastor en la comisura de sus labios, ambos quedaron estáticos por el error cometido por Charlie, ahora era Alastor quien estaba completamente rojo.

-Vemos noches, luego buenas-

Dijo mientras ambos se despedían fugazmente, ya habían tenido bastantes momentos incomodos en ese día y ahora se les sumaba el casi beso por torpeza de Charlotte y descuido de Alastor.

Por su parte Charlotte iba en un incómodo silencio aun en shock por la estupidez que acaba de hacer, sentía su corazón acelerarse además de ese extraño, pero tenue aroma a fresas que desprendía de sus labios, deseaba con más intensidad probarlos ¿Qué se supone debería hacer? ¿debía decirle que le atraía físicamente?, ¿Qué desde hace días quería probarlo en otro ámbito?, removió su cabeza alejando ese tipo de pensamientos lo que menos necesitaba ahora era pensar en el padre de su paciente de esa manera.

Mientras Alastor seguía sin reaccionar, se había quedado casi que media hora frente a la puerta, bueno eso hasta que llegó Niffty a ver a su padre algo preocupada.

- ¿Papi estas bien? -

El castaño volvió en sí al escuchar la voz de su amada pequeñita.

-Emm si estoy bien disculpa, ¿querías decirme algo? -

La pequeña, sonreía genuinamente maliciosa, ella ya sabía él motivo por el que su padre estaba tan perdido, obviamente no le diría que sabía exactamente lo que pasaba con él gracias a las novelas y películas románticas que veía su madre, sabía que su padre podía estar enamorándose de la Dra, cosa que ella había planeado, por ello pidió ayuda, sabía que su tía también podía hacerlo, pero quería darle una oportunidad a su padre de agradarle más a la doctora y todo sin el miedo de que su distraído padre lo sospechare o que su madre interfiriese.

-No, es que te quedaste viendo hacia la puerta desde que la Dra se marchó, ¿la extrañas? ¿ya son amigos? –

Realmente su curiosidad iba en pos de la afirmación de sus sospechas, pero su padre era bastante terco para aceptar algo así.

-No es eso, es que acabo de recordar que no me devolvió el abrigo, y por lo otro aún no, recuerda te dije que eso lleva tiempo cariño, ahora ve a lavarte los dientes y a dormir que mañana debo llevarte con la bruja temprano-

La pequeña se fue rápidamente a lavar los dientes y a ponerse la pijama, su padre le cantó una canción para que durmiese de manera tranquila y pasiva, luego de ello el castaño, beso la frente de su pequeña, apago la luz de la lámpara que iluminaba la habitación y cerró la puerta con cuidado, aún estaba absorto en lo que sentía más en ese molesto síntoma en su abdomen parecido a un cosquilleo, lo sabía, sabía a qué se debía se estaba enamorando, pero quería encubrirlo con una simple atracción física, no quería descubrirse así mismo pensando en ella, en lo maravillosa que era o incluso en lo hermoso de aquella sonrisa, poco a poco lo estaba cautivando esa joven con la atención que le otorgaba a su hija o incluso cuando su mirada se encontraba con la de ella, no sabía cómo interpretarlo, nisiquiera sabía si ella estaba igual o si sentía lo mismo, nuevamente esta donde no quería estar atrapado, sabía que cualquier estupidez que dijere lo pondría en evidencia, debía averiguar si ella se sentía igual lo haría el lunes a primera hora con la excusa de ir por su famoso abrigo el cual había olvidado por completo cuando estuvieron frente a la puerta.

Mientras Charlie en su departamento, en el cual se había quedado Vaggie por unos meses, Charlotte se deshacía en silencio en el sillón de la sala, Vaggie al verle tan mal decidió preguntar para su mala suerte estaba con Cherry y Angel por lo que el antes mencionado llegó.

- ¿Qué paso? Primero quiero que me digas ¿Dónde estabas? Habíamos quedado en que veríamos películas románticas, con un bote de helados y varios snacks-

Dijo Vaggie cruzándose de brazos.

-Lo sé lo siento, no sé en ¿Qué pensaba? -

Angel estaba desconcertado necesitaba respuestas y las necesitaba ya.

- ¿Te lo cogiste? -

Pregunto sin creerlo, Charlie lo miró con muy malos ojos.

-Angel estábamos con su hija, eso no iba a pasar-

Entonces la miró con su típico rostro lujurioso, es mirada coqueta que decía mucho.

-Te lo quieres coger, eso es-

Dijo más como afirmación que como pregunta, Charlotte se llevó las manos al rostro, cubriendo su sonrojo.

-Casi lo beso Angel, casi lo beso, me quedé paralizada del horror ¿Qué tal si piensa que soy una fácil? o peor aún una ¿necesitada?

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