MESES MÁGICOS

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Los meses habían pasado, Charlotte de encontraba en su último mes de embarazo, aquel hermoso nene llegaría en cualquier momento, los meses anteriores Charlotte habría tomado un curso para padre primerizos, Alastor estaba más familiarizado con ello pero Charlotte era muy diferente a la aberración de su difunta ex esposa, por lo que estaba el doble de atento a cualquier cosa o cualquier síntoma que presentara su mujer, Charlie agradecía el gesto de su esposo ella sabía que realmente estaba preocupado porque todo saliere bien ya que era madre primeriza, ella se había estado encargando de ir por Niffty a donde ella estudiaba ya que decía tener mucho tiempo libre además que bueno quería estirar un poco las piernas, ¿Qué se podía decir? además que la mayoría de fanáticas de Alastor estaban completamente fulminadas con la reciente noticia de que Niffty por fin tendría un hermanito, Charlotte por su parte se sentía levemente intimidada por las demás madres, algunas no le hacían un buen gesto, casi toda mujer que llegaba a ese lugar sentía que pudieron haber tenido oportunidad si tan solo él les hubiere permitido una cita, para otras ella se veía muy corriente para alguien de la "clase" de Alastor y ahora ver con sus propios ojos que en efecto había disfrutado del cuerpo de aquel hermoso y sexy locutor, sintió una leve patada en su vientre, últimamente su nene estaba más inquieto, la rubia suponía que estaba ansioso por salir de allí, sonrió al recordar cuando le indico a Alastor que sería un hermoso niño, salió de su ensoñación cuando una pequeña de cabellos castaños llegó corriendo a abrazarla llamándola mami, Niffty ya se había encariñado con Charlie por lo que dejo de llamarle por su nombre reemplazándolo con el característico mami, ganándose más miradas reprobatorias y furtivas.

-Mami, ¿Cómo está mi hermanito? -

Preguntó la pequeña poniendo suavemente las manos sobre el vientre de su pobre y cansada madre.

-Muy bien cariño, estamos a tan solo días de conocerlo-

Se preguntaba cómo sería aquel hermoso nene que estaba en su vientre, se sentía bastante feliz de que Alastor la hubiere elegido, además que su matrimonio fue bastante rápido, según lo que le había contado su amado esposo, él había durado 6 años en relación con Mimzy hasta que le pidió matrimonio y con ella si acaso había estado en algunos meses, supuso que fue por las circunstancias en las que todo se dio que lo hizo o estar más temeroso o más seguro, ahora entendía porque Mimzy no quería dejarlo ir, para ella la imagen de Alastor durmiendo a su lado con el torso desnudo era una imagen de todos los días y que la hacía encenderse solo de verle, o dormir entre sus brazos durante una noche fría de lluvia era un regocijo, o quedarse viendo televisión con la pequeña Niffty y Alastor era una noche que jamás cambiaría por nada, decidió tomar la mano de su hija y dirigirse a su casa, las visitas de Rosie eran más frecuentes, Charlotte era más abierta en cuanto a su estado por lo que Rosie podía pasar varias horas hablando con su ahora cuñada, para saber cómo estaba todo con ella y Alastor, además que sabía de antemano que Niffty estaba más que complacida con la noticia de que tendría hermanitos, llegó la noche, Charlotte tenía lista la cena para su esposo, le gustaba mimarlo de vez en cuando así que se turnaban el día que debían cocinar, aunque era sabido para la rubia que no era obligación Alastor no refutaba si sentía agotada o demás, entró a su casa y puso sus manos inmediatamente sobre el abultado vientre de su mujer, acariciándolo con suavidad, robándole un casto beso en los labios que ambos disfrutaban, al separar sus labios dijo a su amada Charlotte.

-Quelle belle femme j'ai trouvée, la belle dame que mon fils porte dans son ventre bombé- (traducción: Que hermosa mujer me encontré, la hermosa dama que lleva mi hijo en su vientre abultado).

Charlotte comenzó poniendo sus manos sobre las de su esposo, sonrió con picardía y se acercó al oído de aquel su amado castaño, para luego morder el lóbulo de su oreja y decir.

-quel bel homme qui a planté sa semence dans mon ventre- (traducción: que guapo el que sembró su semilla en mi vientre)

Al joven Alastor los colores se le subieron al rostro de golpe al oír a su amada esposa dedicarle tales palabras, así de sencillo era dejarlo con la intriga y el deseo de tomarla por la noche, pasó rápidamente la noche, la pequeña Niffty beso la mejilla y el vientre de su madre y luego darle un beso en la mejilla a su padre, ambos fueron a descansar también se sentían lo suficientemente agotados como para darle pelea a Morfeo, al llegar a su habitación Charlotte comenzó a desvestirse, Alastor no perdía detalle de los gestos, movimientos y demás, admirando a aquella dama cual si fuere una diosa, se sentía afortunado de que ella lo aceptase con todo y su hija, la rubia se ruborizó al sentirse observada, Alastor por su parte pidió a su mujer que se acercara, acarició el vientre y coloco su oreja contra la suave piel de su vientre, escuchando con atención, Charlotte por su parte acariciaba el cabello de su marido con suavidad, llevó su mano a un punto en específico sintiendo una pequeña patada del bebé, Alastor sonrió y levanto la mirada encontrándose con la mirada color miel de su esposa.

-Está despierto ahora- Pasaron un rato hablando sobre su día y luego se durmieron, alrededor de las 3am algo húmedo se sentía en la sabana, Charlotte despertó topándose con sangre, comenzó a sentir los dolores, el bebé iba a nacer en ese justo momento, Alastor despertó al sentir como su mujer se removía inquieta, viendo con temor que su mujer ya se le habría roto la fuente, por lo que se vistió lo más rápido que pudo la tomó en brazos, llamó a Rosie para que cuidare de Niffty mientras corría con Charlotte hacia el hospital, al llegar, los doctores se encargaron de llevarse a la rubia, quedo esperando unos minutos, luego lo dejaron entrar, tomó la mano de su esposa, quien parecía haber gana fuerza ¿quién sabe de dónde? pero su mano dolía, luego de algunos minutos los llantos de un bebé resonaron en sus oídos, la joven observó agotada a su esposo mientras la enfermera llevaba a aquella frágil criatura a los brazos de su madre, quien ahora le miraba con cariño, mientras Alastor los observaba a ambos con dulzura, el pequeño tenía el color de cabello de su padre y el color de piel y ojos de su madre, aunque su rostro lo delataba pareciéndose tremendamente a su progenitor.

-Se parece mucho a ti cariño, ¿Qué nombre crees que deba tener nuestro pequeño? - -Artemis, digo es un nombre excepcional casi nadie utiliza nombre de origen griego- Dijo con una sonrisa mientras Charlie observaba a su pequeño retoño con mucho amor. -Artemis-

Dijo haciendo sonreír al pequeño, los corazones de ambos padres se aceleraron con la ternura que aquel pequeño desprendía.

Llegó el momento en que darían de alta a Charlotte, todos esperaban en casa para darle la bienvenida a los nuevos padres, cuando se abrió la puerta principal, todos gritaron haciendo llorar al niño, ya que se había quedado dormido, Alastor les agradecía el gesto, pero en cierta forma no le gustaba oír al pequeño llorar, Niffty quedo enamorada de su nuevo hermanito, era tan pequeño, tierno y frágil.

Al cabo de un año, Alastor y Charlotte habrían engendrado a una pequeña de nombre Alina, la pequeña era una hermosa rubia, de tez trigueña y ojos color café pero idéntica a su madre, ambos estaban completamente realizados como pareja, por fin tanta espera habría rendido frutos ahora se encontraban uno al lado del otro contemplando como había sido su encuentro y el cómo habría terminado todo aquello, haciéndolos reencontrarse nuevamente y amarse todavía más, la promesa de Alastor aún estaba en pie, el amarla hasta que la vida determinara el fin de sus días. Mientras Charlotte observaba también como la aceptación de su padre en cuanto a Alastor comenzaba a integrarse, los nietos incluyendo a Niffty habían comenzado a ablandar a su padre y como su madre dijo no permitiría que a ella la llamasen abuela, hasta que comenzó a entender porque ese sobrenombre era tan encantador fue que lo permitió.

Poco a poco y gracias a Niffty ella ya habría practicado como ser una madre y como darle el tiempo a cada uno necesario y atención necesaria además de ser una de las mejores pediatras de Nueva York, llevando el apellido Fontenot con orgullo.

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