ɪɪ - ¿ᴄᴏᴍᴇɴᴢᴀᴍᴏꜱ ᴅᴇ ɴᴜᴇᴠᴏ?

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Conocemos de memoria lo que fuimos, esos dolores que nos movieron la vida, pero en la mayoría de los casos no tenemos ni la mas remota idea de que sucederá después. Solamente vivimos el día a día en busca de un propósito.

Asistir a la actividad en la fundación al siguiente día no era motivo de alegría desbordante para Erika y Soledad, pero amaban (cada una a su estilo) ayudar a los demás, era un gesto que no se pensaba, solo salía de lo más profundo del alma.

Para la rubia resultaba un tanto más sencillo, su día no tenia mucha emoción o compromisos pendientes, pero para Soledad si que se hacía complicado, su nuevo puesto laboral era demandante, tenía que correr de un lado al otro para poder asistir a la cita. 

Pero dicen que cuando algo es para ti todo obra para bien y los tiempos resultarían perfectos... 

— Hola Soledad, pensé que no vendrías.

— Lo siento mucho señora, traté de llamar a Naty para avisar que llegaría unos minutos tarde pero no me contestó 

— No pasa nada a penas comenzamos, hoy hay menos personas, el trabajo será mucho  la miró sonriente

Una vez más cada una a su estilo, a su ritmo; pero en Erika había un instinto protector - casi maternal - que la hizo hablar cuando se percató del rostro distraído de Soledad.

— ¿Estás bien?  cuestionó tímidamente 

— ¿Cómo?  preguntó sorprendida

— Es que se nota que estas algo cansada o incomoda, no lo sé  alzó los hombros  disculpa si me meto en lo que no me importa.

 Lo siento  suspiró  estoy agotada, han sido días duros  sonrió levemente - ¿Un secreto? La verdad estoy acá por los chicos; Naty es como mi hermanita, la conozco desde que era una niña y su hijo me cae muy bien.

— Si, Natalie me comentó que tú y su hermana...

— Pues, sí  miró a otro lado respirando profundo, algo incomoda.

— Perdóname Soledad, no quise...  sacudió la cabeza negando varias veces — es que me parece increíble que estuviste tantos años, eres tan joven  no podía dejar de hablar, estaba impresionada y apenada pero no pudo contenerse   ¡Ay! No se porqué dije eso.

— Tranquila, no hay problema — sonrió al verla sonrojarse   Las cosas pasan, la vida es diferente para todos. Y no, no soy tan joven, tengo 32  alzó las cejas  ¿Puedo preguntar su edad?

— Eres una niña y no, no puedes — la miró sería pero al ver esa cara apenada solo pudo soltar una pequeña carcajada  es broma, a ver ¿Cuántos años me calculas?

Pues... la observó detalladamente y sin poder evitarlo se perdió en esos hermosos ojos verdes con un tono de picardía mientras esperaba la temida respuesta  no tengo idea, ¿39? ¿40?

𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 ♀♀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora