ᴠɪ - ʙɪᴇɴᴠᴇɴɪᴅᴀ ᴀ ᴄᴀꜱᴀ

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Una explosión de sentimientos se acentuaron en Soledad desde aquel inimaginable acercamiento, trataba a cada minuto de ignorar cualquier emoción pero resultaba imposible.

Erika era esa especie de ser inalcanzable, lo tenía todo: belleza, inteligencia, buen humor, ternura y una energía única; la dama de clase, la conservadora y hasta ingenua en muchas cosas, la qué se cuidaba del que dirán y por supuesto la que jamás -pero jamás- en la vida se fijaría en otra mujer, sí, sin duda una fantasía descabellada al menos pensarlo. 

Ya era bastante suerte tenerla como amiga. Soledad no estaba dispuesta a perder esa relación

¿Quién podría?

Erika conjugaba la experiencia y el positivismo que le hacían falta en su vida, así tuviera que callar las cosquillas en su estómago.

Sole tomó el firme propósito de olvidar lo sucedido la noche anterior, pero resultaba difícil cada vez que la miraba, era como echar a andar una película que la llenaba de sensaciones.

La entrega de útiles fue un éxito y aunque Erika estaba algo confundida por el absoluto silencio que tenía Soledad aquella mañana, procuró darle su espacio.

Además, estaba muy emocionada pues el viaje la hizo darse cuenta que se había perdido de muchas cosas durante años, de personas que quiso mucho pero alejó por no estar en su círculo social, seres que serían parte importante de un historia que sin sospecharlo empezaba a tejerse en su alma...

Mi vida ven  gritó Mariana  adivina quién está aquí.

 No lo creo  dijo Aura llegando a la puerta  es una aparición.

— Ya, no se burlen ¿me dejarán pasar?  sonrió Erika.

Mariana y Aura eran sus amigas de juventud, ambas se enamoraron y desde que Erika se casó con Rubén técnicamente quedaron fuera de su vida.

¿Qué dices amor? cuestionó seria Mariana

— Pues...

La cara de Erika era todo un poema, sus ojitos casi cristalizados imaginando que esas bellas damas con gestos de seriedad guardaban rencor en su corazón pero totalmente alejado de esos pensamientos las risas delataron el momento.

— Ay que bobas son, me asustaron. No han cambiado — suspiró Eri aliviada.

Definitivamente las amistades sinceras abrazan tus errores y siguen adelante en un nuevo capítulo de tu vida.

Hablaron por horas esa mañana, se contaron sus vidas con lujo de detalles en medio de mimosas y carcajadas; el celular de Erika anunció un nuevo mensaje, lo tomó sin mucha importancia pero al observar la pantalla una sonrisa se escapó sin permiso.

 Uhh esa sonrisa  burló Aura  ¿nuevo afortunado? Cuéntanos todo ya mismo.

— ¡Ay no!  negó sonriendo Erika  es Soledad, la amiga que les estaba contando...

 Debe ser muy simpática para sacarte esa sonrisa  bromeó

— Lo es — la miró acusadora — pero quita esa cara, te conozco y eso jamás. Por cierto es tardísimo y quedé en comer con Alex, esa niña me va a envejecer muy rápido.

— Ya no es una niña Eri  replicó Mariana  y como nos dijiste, es hora que vivas y dejes a un lado el cuidar de todos.

𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 ♀♀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora