Unos tragos de más nunca le han hecho mal a nadie, dicen por ahí que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, pero no, Erika no estaba tan alcoholizada, sabía perfectamente lo que decía, se podría decir que el vino solo la hizo más desinhibida, más valiente, más ella...
— Ay Soledad — sonrió pícara — no lo sé, rubia, ojos claros, que se yo ¿no me has visto acaso?
— Te conozco perfectamente Eri
— Bueno es obvio que no te gustan así, quizá tu tipo sea como tu amiguita esa de la fiesta — cruzó los brazos y centró su atención en el camino.
— ¿De nuevo con eso? No te sigas burlando, además, tú eres una mujer hermosa, y lo sabes — suspiró nerviosa
— No me burlo Sol —
— terminó de golpe el vino que quedaba en el vaso — eres mi amiga y no me tienes confianza, qué más da que me digas si te gusta o no te gusta alguien.— Eri, te tengo toda la confianza, conoces cosas de mí que nadie sabe.
— Y tú de mi — suspiró — discúlpame por lo que pregunté, fue una tontería. Además, señorita, no debe fijarse en alguien como yo — soltó sin pensar mucho — quiero decir en una mujer llena de años y problemas.
— Los años no son un impedimento para nada, de hecho, si hay amor nada es impedimento, pero tendré en cuenta su consejo, señora — sonrió divertida Soledad al ver el desparpajo de su amiga.
— En la vida hay muchos impedimentos para todo ¿No crees? — la observó con disimulo — lo importante es ser feliz, atrevernos a vivir, dejar a un lado lo que digan los demás.
— ¿Tú lo haces?
— No — suspiró y recostó su cabeza en la silla mirándola fijamente una vez más — me dan miedo muchas cosas.
— Bueno pues soltemos un poco ese miedo — se sonrojó un poco al sentir esos ojitos penetrantes sobre ella — me tienes aquí para lo que necesites, lo sabes.
Aquella última frase retumbó en la mente algo mareada de Erika, miles de cosas vinieron a ella: sueños frustrados, pequeñas travesuras censuradas por ser una dama de sociedad, la frustración de llevar el peso de una familia "perfecta" que terminó devastada.
Definitivamente se había perdido muchas cosas en la vida; la voz de su amiga Mariana llegó como soplo de viento fresco y aunque era una completa locura (a su punto de vista), tenía la suficiente confianza con Soledad para pedir aquel "favor" que podría cambiar sus vidas para siempre o tal vez solo acelerar el proceso.
Cuando llegaron a casa de la rubia, Soledad pensó que esta se encontraba plácidamente dormida pues observó como largos minutos atrás cerró sus hermosos ojos claros; con cuidado estacionó, apagó las luces, quitó su cinturón de seguridad girando levemente, pero cuándo la iba a despertar...
— No estoy dormida — susurró Erika aún con los ojos cerrados — solo estaba pensando en algo que me dijo Mariana — suspiró — pero me da pena.
— ¿Pena conmigo? — alzó una ceja al verla asentir en un pequeño puchero — ¿Al menos una pista?
— Es que ella... — respiró profundo y abrió los ojos — ella me dijo que si yo nunca había... — pausó en otro largo suspiro — si nunca había besado a una mujer.
— ¿y lo has hecho? — preguntó incomoda Soledad luego de algunos segundos en silencio.
— ¡No! ¿cómo se te ocurre? — apretó los ojos fuerte y se armó de valor para lo que estaba a punto de pedir — Soledad, será que tú....
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𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 ♀♀
Romanceᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏs ᴇɴ ᴇᴅɪᴄɪóɴ . Definitivamente no, el amor no es sencillo de describir, de entender, de aceptar... Pero cuando llega con la fuerza de mil mares no hay forma alguna de detenerlo, solo sumergir en él las almas, la vida. Erika y Soledad nos dem...