xxɪ - ɴᴏ ꜱᴏʟᴇᴅᴀᴅ

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Durante la cena, Soledad no dejó de observar a Erika ni un minuto, tenía grabado en su mente el rostro de ella, pero necesitaba tatuarse en alma cada gesto, la sutileza de sus movimientos, el brillo de esos ojos verdes que tanto adoraba, los surcos que se dibujaban a cada lado de sus labios cuando daba esas sonrisas tan únicas.

Me has mirado mucho todo el día amor ¿Qué pasa?cuestionó ansiosa — te conozco, sé que algo sucede.

Nada especialmintiósolo pienso en todo lo que hemos vivido, cuándo nos conocimos, lo difícil que fue aceptar este amor. Estar contigo es como vivir un sueño, eres mi más hermoso sueño Erika, jamás lo olvides.

Y me encanta, pero quiero ser tu realidad eterna. Hasta que seamos unas viejitas, bueno yo antes que tú.

De vuelta a casa Erika manejo el auto, Soledad iba perdida en ella, recostada en el asiento mirándola mientras acariciaba suave la piel de su pierna que quedaba fuera del vestido, la rubia miraba de reojo y sonreía pícara ante el divino roce, todo era tan normal para ella.

Nunca había deseado tanto llegar a casasuspiró mientras estacionaba el auto

¿Por qué lo dices amor? ¿No te gusto la cena?

Me encanto, pero tu mano ahí me tiene muy mal.

¿Mal?murmuró mientras subía sus caricias peligrosas por la pierna.

Unjúrespiró agitada con la piel erizada — subamos al departamento ya amor

Está bien, pero antes dame un besito, pequeño ¿sí?

Erika cerró los ojos al sentir el aliento cálido de Soledad sobre su cuello y la mano rondando disimuladamente su entrepierna.

Amor, aquí no Sole, estás locasonrió nerviosa

Tú me tienes loca Eribesó su cuelloeres mi vicio.

Una suave caricia en la entrepierna agitó la respiración, aceleró el pulso; se conjugaban los nervios de estar dentro del auto y las sensaciones tan placenteras de esa mano apoderándose de todo a su paso.

Sole rozaba la intimidad de la rubia sobre la ropa interior. Jadeos escapaban sin control, los vidrios oscuros del auto eran el escenario perfecto de ese demente momento.

Erika sin pensarlo subió el vestido y separó un poco las piernas, se mordía el labio tratando de contener los sonidos de placer al apreciar los dedos de Soledad acariciar más allá de su panty. Encorvó la espalda al sentir como de la nada su seno derecho estaba expuesto, siendo succionado delicadamente, no se dio ni cuenta en qué instante Sole lo había liberado del escote.

Un gemido de placer ocupó el vehículo cuando Soledad invadió con dos dedos ese exquisito cuerpo, impregnándose de la humedad de esa dama que ya no se pertenecía.

Los dedos viajaban al ritmo de los sensuales jadeos, del movimiento frenético de caderas al sentir el clímax apoderarse de su cuerpo sublimemente.

Eso no fue solo un besodecía entre jadeos tratando de recuperar su aliento

¿No te gustó?

Sabes que me fascina, tú me fascinas, pero insisto que estás locala miró directamente achicando los ojos con picardía.

Recuperando un poco la cordura luego del delirio que apenas comenzaba subieron entre risas enamoradas al apartamento, dos copas de vino, besos apasionados y unos cuantos te amo las entregó de nuevo a la fantasía.

𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 ♀♀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora