𝐒𝐄𝐍𝐓𝐈𝐃𝐎𝐒 ♀♀

xᴠɪ - ᴜɴ ᴀᴍɪɢᴏ

El violento incidente no dejaba de rondar los pensamientos de Erika aquella noche, adoraba a Soledad, pero sería tan difícil vivir a plenitud, decirle a Alejandra, afrontar su perfecto círculo social, todo venía de golpe hasta que al cerrar los ojos la recordaba a ella, recordaba su mirada de amor, la honestidad de sus palabras, el cosquilleo ante un beso.

Por amor, todo valdría la pena...

La vida les presentaba una nueva y desconocida situación ese agitado sábado, Erika como buena mamá estaba ansiosa porque todo saliera perfecto en un gran día para su pequeño hijo, ese que la entendió desde el amor, ese caballero que a veces resultaba su soporte y calma, el apoyo incondicional.

Cuando el reloj marcaba las 7 en punto los pocos invitados comenzaban a llegar, amigos de los chicos, Aura y Mariana sonrientes como siempre, Soledad con algo de retraso porque surgió un imprevisto en el trabajo y por supuesto Alejandra, quién, aunque le caía mal Naty estaba ahí por su hermano.

— ¿Como va todo con, ya sabes? — susurró Aura

— Maravillosamente, me pidió ser su novia — emocionada les mostró el anillo que desde aquella noche en la cabaña no se quitaba

— Aww que bonitas. Tu sonrisa lo dice todo , jamás te imaginé así Eri.

— Jamás me había sentido así — hablaba muy bajo con ellas — aunque Rolando nos hizo pasar un rato muy feo ayer.

— Siempre fue un macho resentido — rodó Mariana los ojos con frustración — por eso te alejó de todo ¿Sabes que puede decirle a Alejandra en cualquier momento no? Solo por fastidiarte.

— Eso no me dejo dormir anoche, debo hablar cuanto antes con ella — miró su reloj ansiosa.

— Ya mujer calma un poco tus nervios, ahí viene... — señaló Mariana la puerta dónde entraba Soledad

A Erika se le iluminó la mirada, las chicas lo notaron y no pudieron evitar sonreír, era mágico ver la conexión de aquellas dos.

Sole portaba un pantalón negro a la cintura con una elegante camisa de seda blanca que combinó a la perfección con accesorios plateados.

Pasó a paso se acercó a la mesa, saludó a Aura y Mariana, para luego sentarse junto a Erika dejándole un disimulado beso en la mejilla.

— Estás tan hermosa Eri.

— Tu también amor, te ves preciosa — dijo entre labios — te extrañe en todo el día.

— ¿Estás mejor hoy?

La rubia solo asintió, había estado tan estresada en los preparativos del compromiso que el desagradable incidente por momentos pasó a segundo plano a pesar del temor latente a ser descubiertas, en general todo marchaba en orden; pero cuándo levantó la mirada se encontró con la silueta de Alejandra entrando al salón viendo de mala gana a Soledad, lista para atacar.

— Vaya como que será una larga y pesada noche — dijo en mal tono sentándose frente a ellas — ¿acaso no hay mas puestos?

— Hija es el día de tu hermano, por favor sin malos ratos — suplicó Erika con la mirada

Alejandra no dijo absolutamente nada, rodando los ojos se sumergió en su teléfono; Erika rozaba de vez en cuando la mano de Soledad bajo el largo mantel como una jovencita en medio de un prohibido amor.

Amigos se acercaban a saludar a la orgullosa mamá, algunos de los cuáles conocían a todos en la mesa menos a aquella joven dama...

— Que gusto verte Erika, estás igualita...