El problema de estar en una escuela nueva y querer alejarte de un grupo era solamente uno: perderte.
Después de más de media hora andando por el castillo, topándome con las dichas escaleras que se movían sin ton ni son y no encontrar ni un alumno para poder preguntar, solté un largo suspiro.
- Esto es una mierda – gruñí.
Sabía perfectamente que esa situación era mi culpa, pero ¿Albus tenía que meterse conmigo por ser sangre pura? Por supuesto que no, más si no sabía nada de mi familia.
Detuve mis pasos. Estaba cansada de andar y no encontrar a nadie. Me senté en el suelo, apoyando la espalda y cabeza en el muro de piedra, cerrando los ojos para relajarme.
- Creo que merezco una explicación – mis labios se curvaron en una sonrisa sarcástica cuando, después de unos minutos en silencio, se oyó esa voz.
- ¿A ti?
- Sí – afirmó serio.
Abrí los ojos encontrándome a Albus de pie delante de mí, con las manos en los bolsillos del pantalón y una camiseta de Slytherin que antes no llevaba.
- No entiendo el motivo – nos miramos a los ojos unos segundos.
- Has insinuado que los sangre pura son superiores – alcé una ceja.
- Que haya dicho que esté orgullosa de mi linaje no significa que me crea superior – me burlé.
Estuvimos un rato en silencio, mirándonos a los ojos.
- Mi hermana me ha obligado a venir a por ti – apretó los labios.
- No sé si sentir lastima o burlarme directamente.
- Tiene mucho carácter, ¿sabes? – se mordió el interior de la mejilla. – Es difícil decirle que no.
- Me hago una idea.
- Aún no, pero ya la conocerás – me encogí de hombros restándole importancia. - ¿Puedo sentarme?
- En realidad, - me puse de pie – me gustaría salir al patio.
- ¿Te has perdido? – sus labios se curvaron.
- Muy elocuente, Potter – entrecerré los ojos. – El problema de no pertenecer desde primero en este colegio es este – empecé a caminar. – Además, está todo muy mal señalizado.
- Petit, es por el otro lado – paré en seco, notando la burla en su voz.
- Quiero ver lo que hay por aquí.
- Eres mucho más Slytherin de lo que pareces – sonrió.
- ¿Debería tomármelo como un insulto? – alcé la ceja.
- Para nada – negó. – Yo estoy muy orgulloso de ser una serpiente. Ven, te enseñaré los jardines.
Empezamos a caminar en silencio, observando las estatuas que nos íbamos encontrando.
Era todo tan diferente.
- La semana que viene hacemos una fiesta – el azabache me sacó de mis pensamientos.
- ¿Fiesta?
- Sí, ya sabes, bebida, amigos, diversión, juegos – sonrió. – Estás invitada.
- Gracias.
- Puedes decírselo a tus amigas, pero solamente a ellas – remarcó.
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La profecía
FanfictionAlbus Severus Potter, un nombre que recordaría toda mi vida y nunca podría agradecerle suficiente lo que ha hecho por mí. Me llamo Elna Petit; junto mis dos mejores amigas he hecho un cambio radical en mi vida iniciándola en el Colegio Hogwarts de...