13. Callejón Diagon

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Salimos por la chimenea de una taberna con muchas mesas y sillas de madera oscura. Estaba lleno de magos y brujas que desayunaban mientras hablaban con sus acompañantes, leían el periódico o simplemente disfrutaban de su silencio.

- Aquí vive el profesor Longbottom – me dijo Lily. – Antes de ir al Callejón iremos a saludar a su mujer.

La señora era castaña clara, estaba detrás de la barra atendiendo a los nuevos clientes.

- Hola – le saludó Albus.

- Buenos días, chicos – les sonrió cálida. - ¿Queréis desayunar?

La mujer miraba a los hijos Potter con cariño, parecía amable y simpática. Estuvimos hablando un par de minutos, explicándole un poco de nosotros, estudios y aficiones actuales.

- Neville viene todas las noches – me contó. – Hoy tiene reunión en el colegio y llegará para la cena – con un movimiento de varita empezó a limpiar una mesa. – Frank, mi hijo mayor, está trabajando en Italia, me ha dicho que este año no vendrá; Alice está en casa los Granger, con Hugo.

- ¿Vendréis a cenar? – preguntó Lily.

- No, nos vamos con los Scamander.

- Que paséis muy buena noche, señora Longbottom – murmuró Severus. 

Nos dirigimos a una puerta trasera de madera, cerrando detrás de nosotros.

- Hugo es nuestro primo, ¿lo conoces? – preguntó Lily.

- Lo he visto por el colegio – asentí. – Gryffindor, ¿verdad?

- Sí, va a mi curso – explicó. – Alice es Hufflepuff, son pareja desde hace un par de años.

- Lo hacen absolutamente todo juntos – gruñó Lena. – No se despegan ni para ir al baño.

- ¿Cómo nosotros? – pregunté divertida.

- No responderé a ese comentario tan grosero – contestó aguantándose la risa.

Miré a mi alrededor, estábamos en un pequeño patio trasero, con dos basuras altas y negras al lado.

- ¿Qué hacemos aquí? – pregunté con la nariz arrugada.

- Es una de las entradas al Callejón – explicó Albus.

- ¿Esto? – miré bien a mi alrededor.

- ¿Tu estatus de sangre pura te impide disfrutar de tal belleza? – preguntó Isabella con burla.

- Mi fijación con lo bonito me impide disfrutar de este lugar – corregí.

- ¿No te gusta? – preguntó Lily disgustada.

- No me lo imaginaba así, la verdad.

- Pues es lo que te vas a encontrar – miré a Albus decepcionada.

- ¿De verdad?

- No sé el porqué de esa cara larga, te hemos contado muchas cosas de este lugar – murmuró Lena.

- Me habíais dicho que era bonito, que estaba lleno de vida y...

- Bah', pobrecita – Scorpius rodó los ojos, colocándose delante del muro de piedra. – Ni caso, Elna, lo bonito está detrás de esto. 

Tocó un ladrillo de la pared, viendo como esta cobraba vida delante de mis ojos.

Un camino de adoquines daba paso a diferentes tiendas a banda y banda; la calle estaba repleta de nieve y la gente corría para comprar los regalos de última hora.

La profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora