16. Normativa

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Nunca, desde el primer día que llegué a Hogwarts, pensé que habría una situación incómoda entre los de Slytherin.

Estábamos todos sentados en La Habitación, mirándonos entre nosotros en sumo silencio. De vez en cuando alguien se movía, permitiendo adaptar nuestros oídos a algo que no fuera el respirar.

- Bueno – Lily alargó la última letra. - Deberíamos hablar, ¿no?

- Lena quiere alargar el momento – Scorpius se miró a su amiga. – Todos sabemos que te gusta torturarnos.

- Estoy aclarando ideas, Malfoy.

- Podrías compartirlas – Isabella bufó.

Nott apretó los labios, cruzando las piernas encima del sofá, tensándome más de lo estrictamente necesario.

- Han pasado muchas cosas este curso – me miré las manos. – Desde que empezó, no sé, todos hemos cambiado...

- Estamos creciendo – le cortó Albus.

- Por supuesto – asintió seria. – Scorpius ya tiene los diecisiete y vosotros dos estáis apunto – sabía que hablaba de Albus y yo. – Sois adultos, queréis sentar la cabeza, supongo, y, ¡yo que sé! ¿Por qué coño tengo que hablar yo?

- Eras tú quién ha dicho de venir y hablar de cosas importantes, Lena – levanté la cabeza al oír la voz calmada y seria de Zabini.

- Pues es realmente difícil hablar – gruñó.

- Podríamos beber un poco – propuse.

- ¿Beber alcohol después de desayunar? – se burló Lily. - ¿Tan alcohólicos nos ves?

- Bueno – me eché el pelo hacia atrás. – Todos necesitamos hablar, o mínimo todos tenemos cosas que decir. El alcohol ayuda.

- Deberíamos ser valientes y hablar sin tapujos – Scorpius me miraba intensamente.

- Supongo que por eso somos serpientes y no leones – susurré.

Todos nos quedamos callados unos segundos.

- Por eso me caes bien – Lena palmeó mi muslo. – Sabes dar en el clavo, Petit.

- La otra opción es probar los caramelos de la verdad que venden en la tienda de vuestros tíos – sonreí. – Podemos escoger.

- Prefiero la primera – murmuró Albus.

- Yo la segunda – Lily sonrió. - ¿Lena?

- Caramelos.

- Caramelos – añadió tajante Zabini.

- Alcohol – murmuré.

- Todo depende de ti, querido amigo – Lena se miró a Scorpius, el cual sonrió presuntuoso.

- Caramelos. 

Albus bufó fuerte.

- Va a ser divertido, Potter, no te asustes.

- No estoy asustado – gruñó.

- Yo un poco – carraspeé. Albus me miró con el ceño fruncido.

- ¿Por qué?

- En la caja pone que no puedes decir mentiras, que respondes siempre con la verdad, y no quiero que preguntéis según qué.

- ¿No quieres que sepamos tus sentimientos? – preguntó Isabella.

- No quiero que preguntéi...

La profecíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora