Era verdad que la relación entre los Slytherins no había cambiado para nada desde que les conté un poco de "eso". Tampoco les había dicho más, no estaba preparada, y tampoco tuve más ataques que, para mí, era lo más importante.
Era un alivio poder contar con ellos.
Octubre llegó en un abrir y cerrar de ojos, igual que las pruebas de quidditch. Suerte tuve de que Albus me entrenara bien, sin gritos, con muchos suspiros y puños apretados, exigiéndome más de lo que estaba segura que podía dar.
- Puedes gritarme - le sonreí. - No me voy a romper.
- Quiero que hagas un puto pase en condiciones, Elna, solo eso - gruñó.
Las pruebas fueron realmente difíciles y durante unos minutos no las tenía todas conmigo; cuando Albus me guiñó un ojo pude respirar con tranquilidad.
Ese año era perfecto: Scorpius, Albus y yo éramos los cazadores; Lily buscadora, la chica era realmente rápida y ágil; Lena y Isabella eran las bateadoras, cosa que nunca hubiera imaginado; finalmente estaba Benjamin Ott, el guardián.
Roxy me había dicho que formábamos un gran equipo; ella era la capitana de los leones. Nessa también había entrado en el suyo, como guardiana.
Envié una carta a mis padres explicándoles la gran noticia, pidiéndoles una escoba nueva para poder volar mejor y más rápido. En el escrito también les contaba sobre mis amigos, las clases y la escuela en general. No hablé de Cléa, aún no habíamos hablado de nada después de la discusión y yo no quería ser la que pidiera perdón; siempre era yo.
- ¿Preparada?
Lily me agarró los hombros con una gran sonrisa.
Dos domingos después de las pruebas, celebrando Halloween, fue la primera salida a Hogsmeade.
Estaba entusiasmada, era el primer pueblo de Inglaterra que íbamos y quería ir al famoso "Las Tres Escobas" a probar su deliciosa cerveza de mantequilla.
- ¡Nos vamos! – Lena me dio una nalgada mientras salíamos por el muro de piedra. – Por cierto, recordad que hoy es un día especial y tenemos todos un reto extra que hemos escrito entre nosotros, solo uno de nosotros sabe lo que pone – todos asentimos. – Debemos hacer el reto y descubrir quién nos lo ha pedido.
- Veinte puntos a quién lo consiga – recordó Isabella.
- Sin presión, chicos – sonreí ante las palabras de Scoprius. - ¿Si nos cae un hechizo o algo parecido puede sumar diez?
- Restaremos cinco a quién no lo consiga.
- Eso es injusto – gruñí.
- Ni una queja, Petit – Lena me guiñó un ojo.
Toqué el bolsillo derecho de mi túnica, notando el trozo de pergamino, suspirando al recordar mi reto.
- ¿Podemos hacerlo cuando lleguemos a Hogwarts?
- No – Lena negó. – Debe ser dentro de Las Tres Escobas.
- ¿Qué? – gritamos todos.
- Sí – asintió con una sonrisa malvada mientras salíamos hacia el patio. – Veinte puntos por quién lo haga y descubra quién es dentro del pub, diez por quién solo haga el reto, cinco si solo descubrimos la persona y menos cinco si no hacemos nada.
- Hoy será intenso – susurró Lily apretando los labios.
Hablamos de otras cosas mientras nos dirigíamos, en carruaje, hacia el pueblo.
Estaba nerviosa, no lo negaría, sabía que Nessa y sus tres amigas de cuarto estarían con nosotros. Hacer los retos sería más difícil.
- ¡Bienvenida a Hogsmeade! – gritó Isabella cuando entramos en el pueblo.
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La profecía
FanfictionAlbus Severus Potter, un nombre que recordaría toda mi vida y nunca podría agradecerle suficiente lo que ha hecho por mí. Me llamo Elna Petit; junto mis dos mejores amigas he hecho un cambio radical en mi vida iniciándola en el Colegio Hogwarts de...